jueves, 5 de julio de 2012

Capítulo dieciséis.


_¿Qué hemos hecho?_ le preguntó Carla a Mario mientras se ponía su minifalda.
_No lo sé_ Mario se tapó la cara con las manos, y después la miró_ Sentimos demasiada atracción el uno por el otro, pero no podemos seguir con esto, de verdad.
_Lo sé.

Mario tenía razón. Aquello no podía seguir así. Gael les había pillado con las manos en la masa. ¿Qué iba a pensar ahora de ella? Nunca se había comportado así, siempre se había considerado una persona racional y poco impulsiva, pero con Mario…Con Mario todo era diferente. Estaba avergonzada, sentía vergüenza al recordar la cara de Gael cuando los encontró a punto de hacer el amor. ¿Qué impresión se llevaría de ella? No sabía que sentía exactamente por Gael, pero no le gustaba nada la idea de que la hubiese visto con otro. Y menos con su mejor amigo. Entonces, con aquel pensamiento, de repente enlazó lo que le había contado antes Mario con Gael. ¿Era él la tercera persona? No se iba a quedar con la duda.

_Oye Mario… Cuando me dijiste aquello de que había una tercera persona… ¿No te referirías a Gael no?

Silencio.

_O sea, que es Gael. ¿Pero por qué?
_No te puedo contar nada Carla.

Los ojos marrones de Mario suplicaban que no preguntara más, pero Carla no se iba a rendir. Sentía demasiada curiosidad. ¿Qué tenía que ver Gael con Mario y con ella? ¿Quería que no estuvieran juntos?  Y lo más importante… ¿Por qué?

_Por favor. ¿Por qué Gael no quiere que estemos juntos?

¿Se lo contaba? Mario comenzó a dudar. No sabía cómo salir de allí. ¿Y si se inventaba algo? No, a él no le gustaba mentir y tampoco se le daba bien. Tal vez no sería tan mala idea contárselo. A lo mejor así terminarían definitivamente con aquellos encuentros pasionales. Carla le gustaba mucho, pero existían demasiados obstáculos sólo para tener un poco de sexo. Sí, tenía que decírselo. Igual a Carla también le gustaba Gael, y así le hacía un favor. Empezó a enfadarse consigo mismo. ¿Por qué le iba a hacer un favor después de lo que le había hecho él? Entonces recordó la frase que su madre siempre le repetía una y otra vez “Tú de tan bueno que eres, eres tonto” Que razón tenía. Se calzó el playero izquierdo, y se volvió a sentar sobre la mesa donde unos minutos antes había estado a punto de hacer el amor. Carla se sentó a su lado, mientras esperaba algo nerviosa la repuesta.

_Mmm… Puede que me mate si te lo digo, pero me voy a arriesgar. A Gael le gustas.

Los ojos de Carla se hicieron más grandes al escuchar aquello. ¿Cómo? ¿Había escuchado bien? ¿Le gustaba a Gael? ¿Pero cómo le gustaba? ¿Le gustaba de gustar como una chica más? ¿O le gustaba de gustar de verdad? Frunció los labios y los movió ligeramente a la derecha. No quería atosigar a Mario con preguntas, pero necesitaba saber más.

_Vaya… ¿ De verdad?¿Pero cómo le gusto?
_Mucho, Carla. Lo suficiente como para haber hecho cosas que no debería haber hecho.
_¿A qué te refieres?_ Carla no entendía qué quería decir.
_Nada, no tiene importancia _Mario sonrío._ Pero seguro que a ti él también te gusta. Deberías hacérselo ver.

Carla suspiró. No iba a negarle a Mario que se había fijado en Gael y que había empezado a sentir algo, a pesar de haber estado a punto de acostarse por primera vez con él. Menuda locura. Seguro que Gael había dejado de sentir algo por ella cuando los encontró juntos en ese mismo lugar.

_¿Cómo voy a hacérselo ver? ¡Hace unos minutos nos vio enrollándonos! Si tanto me gustara, no debería hacer eso…

Mario no se ofendió porque Carla hubiera admitido, aunque sin decirlo directamente, que le gustaba Gael. Sabía que su amigo era el guapo, y aunque se hubiera comportado como un mal amigo, se la merecía. Era la primera vez que había visto a Gael tan pillado por alguien. Debían estar juntos.

_Vamos, Carla… No tiene importancia que te liaras conmigo. No significa nada. Lo que quiero decir es que lo único que importa es que los dos sentís algo el uno por el otro. Lo que haya pasado antes, da igual.

Tal vez Mario tuviera razón y a Gael no le molestara tanto aquello para iniciar algo con ella. No, ¿Cómo iba a querer empezar algo? ¡Apenas se conocían! Se estaba volviendo loca. Desde que había entrado en aquel pueblo, no había hecho nada más que locuras. ¿Estaba cambiando de forma de ser? Primero, empieza a conocer el sexo con un chico que ni si quiera conoce bien, aunque en ese momento se da cuenta de que es un buen amigo. Y ahora, quiere “iniciar algo” con el chico que tanto la había hecho enfadar, con un chico que sólo había visto varias veces,con un chico que estaba con una chica rubia muy guapa en la cala. Es verdad. ¿Y esa chica quién era?

_Oye Mario… ¿Y Gael está con alguna otra chica?
_No.
_¿No? ¿Seguro? Es que el otro día le ví con una chica en la cala y estaban muy…juntos.
_Vaya… ¿En serio? ¿Cómo era esa chica?_ Mario se extrañó al oír aquello. Que él supiera, desde que dejó de verse con Katia, su amigo no había estado con nadie más.
_ Pues delgada, con el pelo largo, rubia…

¡Claro! Carla estaba hablando de Ana. Ella siempre era muy cariñosa, y más con Gael.

_Ah, no_ dejó ver una tímida sonrisa_ No te preocupes. Creo que me estás hablando de Ana. Son muy amigos, pero nada más.

Carla suspiró aliviada. Menos mal. No le entusiasmaba nada la idea de que hubiera otra chica de por medio. Había llegado su oportunidad. Tenía que intentarlo con Gael, pero con sutileza. Como siempre había sido ella. Nada de volver a hacer cosas que eran impropias de su manera de ser.


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