tag:blogger.com,1999:blog-92215183122296086412023-11-15T08:08:47.352-08:00Un verano para dos.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.comBlogger21125tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-24165869817237562672012-07-30T16:31:00.004-07:002012-07-30T16:31:31.417-07:00Capítulo veintiuno.<br />
<div class="MsoNormal">
“Eleanor rigby” no paraba de sonar. Carla, todavía algo
dormida, buscó el despertador con las manos y observó la hora. ¡Las seis y
media de la mañana! ¿Quién le llamaba a esas horas? Descolgó el móvil sin ni
siquiera mirar quien la llamaba y respondió algo enfadada por haber interrumpido
su sueño.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué?</div>
<div class="MsoNormal">
_Carla.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Aquella voz. Esa voz que había escuchado el día anterior.
Era él. Se avergonzó al haberle respondido así. Ni siquiera había asimilado lo
ocurrido en la piscina y lo de después de la piscina.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Ah, eres tú_ dijo sonriendo algo sonrojada.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, soy yo. Quiero pasar el día contigo.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿El día entero?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, entero. Desayunaremos, comeremos y cenaremos. A las
doce te dejo en casa. ¿Qué te parece?</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues me parece algo raro_ se rió._ <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero vale, acepto.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te paso a buscar en una hora?</div>
<div class="MsoNormal">
_Vale. ¿A dónde vamos a ir? Lo digo por la ropa…</div>
<div class="MsoNormal">
_Mmm… Será mejor que lleves una mochila con ropa de
recambio.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Ropa de recambio? ¿Pero qué vamos a hacer?</div>
<div class="MsoNormal">
_Es una sorpresa.</div>
<div class="MsoNormal">
_No me gustan las sorpresas.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ésta te gustará.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo lo sabes?</div>
<div class="MsoNormal">
_Porque lo sé. Te recojo en una hora. Adiós Carla.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael colgó sin que a Carla le diera tiempo a despedirse.
¿Qué sorpresa le daría? ¿Querría bañarse otra vez en la piscina? ¿O tal vez en
la cala? Si fuera así, lo de la ropa de recambio tendría bastante sentido. Fue
al baño y se lavó la cara. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Era una buena
idea pasar un día juntos, pero ¿no podía ser un poquito más tarde? Se dio una
ducha rápida y bajó a desayunar. Sus padres obviamente aún no se habían levantado.
Hizo café, y se lo sirvió en una taza. Café y croissant, el desayuno de todas
las mañanas. Cuando masticó el último trozo, recordó que Gael le había dicho
que desayunarían juntos. ¿Hablaría en serio? ¿O lo diría por decir? De todas
formas, ya no había vuelto atrás, ya se había tomado su comida matutina. Subió
al dormitorio y buscó algo apropiado para ponerse. Se decidió por un top blanco
y unos shorts vaqueros. Después, metió en su mochila lila una camiseta verde
pistacho y unos pantalones negros. También metió la cartera, el móvil y las
llaves de casa. No quería que le pasara como la última vez. Observó la hora.
Las siete y cuarto. Aún le quedaban quince minutos para maquillarse, arreglarse
un poco el pelo, y dejarle una nota a sus padres para decirles que volvería de
noche. No podía explicarles nada más porque ni siquiera ella sabía que iba a hacer. Dos golpes secos en la puerta. Carla la abrió, ya sabía
quién era. Allí le esperaba él, con su sonrisa de siempre.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Estás lista?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y dicho esto, se puso la mochila en los hombros y salió de
casa. Se llevó una sorpresa cuando vio un Seat León azul aparcado al lado del
coche de sus padres. Gael sacó unas llaves de su bolsillo y abrió el coche.
Carla no se lo podía creer. ¿Desde cuándo Gael tenía coche? No le había
comentado nada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Es tuyo?</div>
<div class="MsoNormal">
_No, de mis padres. Pero tranquila que tengo carnet_
contestó guiñando un ojo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se subió en el asiento de copiloto y Gael arrancó el
coche. Salieron del pueblo, y empezaron a subir por una carretera con muchas
curvas. Gael conducía realmente bien, a la velocidad indicada, con precaución,
como a ella le gustaba. Odiaba a los chicos que se hacían los duritos
conduciendo a velocidades excesivamente altas por la ciudad. Estuvieron en el
coche unos veinte minutos. Después, Gael aparcó en un área de descanso. Carla
no tenía ni idea de en qué sitio estaban. Los dos se bajaron, y Gael le pidió
que cerrara los ojos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Por qué?</div>
<div class="MsoNormal">
_Porque es más divertido así.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sacó unas bolsas del maletero y después de recordarle a
Carla que tenía que seguir con los ojos cerrados, la cogió de la mano. Subieron
una cuesta empinada, y al llegar a una superficie llana, la soltó. Sacó de una bolsa un mantel y lo estiró sobre el cemento. Después, comenzó a sacar cosas de
las bolsas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Puedo abrirlos ya?</div>
<div class="MsoNormal">
_No, espera un segundo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael colocó las últimas cosas y después rodeó con los brazos
la cintura de Carla. Ella sonrió al sentirlo tan cerca. Gael la llevó hasta
donde quería que fuera, y cuando ya estaba en la posición correcta, le pidió que
abriera los ojos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Ya puedes.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El sol. Miles de casitas abajo. El mar. Estaba amaneciendo.
Carla nunca se había levantado tan temprano para observar aquella bella escena.
Se dio la vuelta y le miró a los ojos .Todavía estaba emocionada<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por aquellas vistas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Es precioso.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te gusta? Sé que te ha costado madrugar, pero merecía la
pena, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla asintió. No podía parar de sonreír.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Y aún no has visto lo mejor de todo… ¡Tachan!_ dijo
señalando con las manos lo que acababa de preparar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La sorpresa<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de Carla
aumentó al ver la cantidad de comida que Gael había colocado en el suelo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sobre un mantel de cuadros. Había bollos,
donuts, zumo, café, galletas… Gael la invitó a sentarse, y ésta lo hizo,
todavía sin creerse lo que estaba pasando.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Espero que no hayas desayunado ya…_ dijo mientras servía en
un vaso de plástico café del termo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se rió. Sí que había desayunado, pero no le importaba
desayunar dos veces con todo lo que aquel chico había montado para ella.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Supongo que eso es un sí, pero espero que comas algo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla asintió y cogió un bollo de chocolate. Le encantaba el
chocolate y toda la comida que lo tuviera, aunque procuraba no abusar de este
tipo de alimentos. No se podía creer que el mismo chico que unos días antes la
había hecho sacar tanto de quicio, le hubiera organizado aquel desayuno para
disfrutar de él observando el amanecer. Le había hecho madrugar, y eso era algo
que odiaba, pero había merecido la pena. No solo por la comida y el paisaje,
sino por estar con él, por su presencia. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Sabes? El desayuno es mi comida preferida_ comentó Gael
mientras mojaba una galleta en el café._ Desayunaría a todas horas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se rió al escuchar aquello. Se imaginaba a Gael
comiendo todo aquello por la mañana, al mediodía y por la noche. Si así fuera, sus
seductores abdominales serían muy difíciles de mantener.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿De qué te ríes? ¿A ti no te gusta desayunar?</div>
<div class="MsoNormal">
_Claro que me gusta. Pero no se puede abusar de bollos,
galletas, y todo esto.</div>
<div class="MsoNormal">
_Tonterías. ¿Por qué no se puede abusar de algo que está
rico?</div>
<div class="MsoNormal">
_Porque si lo comes siempre, terminará por no gustarte.</div>
<div class="MsoNormal">
_ Entonces a ti tampoco te puedo comer siempre, ¿no?_ Gael
sonrió pícaro.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo?_ Carla se sonrojó. No le había podido entender bien.</div>
<div class="MsoNormal">
_Que si me gustas y estoy contigo a todas horas al final me
dejarás de gustar. Es tu teoría, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
_Pero, ¿qué tiene que ver? ¡Estábamos hablando de comida!_
Carla subió el tono, no le había gustado nada aquel ejemplo de su teoría.</div>
<div class="MsoNormal">
_Se puede aplicar perfectamente a una relación. ¿Nunca has
oído eso de que si comes todos los días carne, un día te aburrirás y te
apetecerá probar otros platos? No sé, unos macarrones por ejemplo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
¿Pero qué le estaba diciendo? ¿Qué ya quería estar con
otras? ¡Si no llevaban nada juntos! Carla no daba crédito a lo que estaba escuchando. Gael
le había hecho pasar una noche mágica, le había regalado aquel desayuno al
amanecer, y después le decía que le gustaría probar a otras mujeres porque un
día se cansaría de ella. ¡Si ni siquiera eran novios para decirle eso! ¿O tal
vez sí? Decidió no comentar nada y le dio otro mordisco a su bollo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Estás picada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La sonrisa de Gael no desaparecía de su rostro. Solamente
había dicho aquello porque sabía cuál iba a ser su reacción. Estaba tan guapa
cuando se enfadaba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No estoy picada_ contestó Carla después de beber un poco de
café.</div>
<div class="MsoNormal">
_Uy, sí que lo estás.</div>
<div class="MsoNormal">
_No, no lo estoy.</div>
<div class="MsoNormal">
_Y ahora te estás picando más. Eres tan tonta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y después de decir esto, se aproximó a ella, mezclando en un
beso el aroma a café y el sabor a chocolate. Al separarse, Carla todavía no había
abierto los ojos. Unos segundos antes estaban discutiendo, y después le había
dejado probar el mejor de los sabores. Gael le acarició el cabello, y le
susurró algo al óido.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Eres muy tonta, y no sabes cuánto me gusta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y antes de que Carla pudiera quejarse, volvió a besarla.
Pero este beso fue más largo y más intenso, y sobre todo, el más romántico que
nunca antes habían tenido ninguno de los dos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-27344102283219774352012-07-10T15:40:00.001-07:002012-07-10T15:40:07.095-07:00Capítulo veinte.<br />
<div class="MsoNormal">
Dos matrimonios conversaban en una mesa de salón. Ya habían
finalizado la última partida a la brisca. Había ganado la pareja más joven. Uno
de los maridos le ofreció al otro un cigarro, pero éste lo rechazó.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Si fumara<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no podría
predicar con el ejemplo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Los dos sonrieron y las mujeres también. Se habían conocido
dos días antes en la cala del pueblo. Primero comenzaron a hablar de temas
intrascendentes y acabaron contándose muchas cosas de su vida. La mujer de
cabello negro había invitado a la pareja a una partida de cartas en su casa, y
éstos aceptaron. Pero no todo iba a ser jugar a la brisca.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, ya que no fumas… Un whisky si, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
_Eso sí.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Vosotras queréis algo?</div>
<div class="MsoNormal">
_Si tienes un licorcito de melocotón…_dijo la mujer de
cabello rubio teñido.</div>
<div class="MsoNormal">
_Claro. Tú amor, ¿quieres algo?</div>
<div class="MsoNormal">
_No, cielo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A pesar de llevar juntos treinta años, se trataban con el
mismo cariño de los primeros días. El hombre se dirigió al mueble bar. Sacó tres
vasos y llenó dos de whisky y uno de licor de melocotón. Los llevó a la mesa y los
sirvió a sus invitados.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Mmmm, este licor está buenísimo_dijo la mujer después de
tomar un trago.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, ¿verdad? Nosotros no somos muy de licores, bueno, ni de
alcohol, pero para este tipo de días están bien.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La mujer afirmó con la cabeza y siguió bebiendo de su vaso.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Así que tenéis dos hijos, ¿no?_ preguntó la mujer morena
con una sonrisa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, la parejita. ¿Vosotros?</div>
<div class="MsoNormal">
_Nosotros sólo uno. Yo quería otro más pero Javier no quiso.</div>
<div class="MsoNormal">
_¡Trabajábamos los dos! ¡No íbamos a poder con todo!_ se
defendió el hombre.</div>
<div class="MsoNormal">
_Tiene razón. Pero aún así… me encantan los niños. Aunque
bueno, ahora de niño ya tiene poco…</div>
<div class="MsoNormal">
_Te entiendo. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los
nuestros también están muy mayores. Uno ya en la universidad, y la otra de
camino..</div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya… ¿y qué están estudiando?</div>
<div class="MsoNormal">
_El mayor medicina, y bueno la pequeña aún no se ha
matriculado en nada, así que...</div>
<div class="MsoNormal">
_La pequeña va a empezar medicina también_ se apresuró a
contestar su marido muy serio.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya…Se ve que esto de curar a la gente se lleva en la
sangre, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, la verdad es que sí_ contestó el hombre.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues en nuestra familia ocurre todo lo contrario. Javier
fisioterapeuta, yo profesora de matemáticas, y a nuestro hijo le ha dado por
meterse en derecho.</div>
<div class="MsoNormal">
_Hay de todas las ramas entonces_ dijo la otra mujer
sonriendo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues sí.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo se llama vuestro hijo?</div>
<div class="MsoNormal">
_Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A muy pocos metros de
allí…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
_Todavía está encendida la luz del salón. Creo que hoy
tenían una visita_ dijo Gael mientras observaba la ventana de su casa protegida
por unas cortinas de color beige.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Seguro que no quieres quedarte aquí ya?</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Estás loca? No te dejaría ir sola hasta tu casa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Como quieras. ¿Qué hora es? No he traído reloj.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sólo son las doce y media. Es temprano aún_ contestó
después de sacar su móvil para comprobar la hora.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Habían pasado casi dos horas juntos en la piscina. A aquel
primer beso, se le había unido un segundo, y un tercero… Pero no habían pasado
de ahí. Los dos querían ir despacio. Dicen que las cosas con calma salen mejor,
y Carla ya había ido demasiado deprisa la semana anterior. Gael había ido deprisa
toda su vida, así que decidió que ese era el mejor momento para disfrutar de
otro tipo de cosas. Lo demás podía esperar.</div>
<div class="MsoNormal">
Siguieron caminando por la oscuridad de la noche. Los dos
llevaban el pelo aún mojado, aunque el de Carla tardaría más en secarse. En
cinco minutos llegaron a la casa de color verde. Carla observó que en ella no había
luz. Sus padres no debían de haber llegado aún. Se aproximaron a la puerta,
uno enfrente del otro.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Pues ya hemos llegado.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí. Mis padres no debieron llegar aún a casa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Mmm… ¿tienes miedo de estar tú sola? Si quieres entro
contigo, eh.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Lo dijo riéndose, pero, ¿seguro que no hablaba en serio?
Decidió tomárselo como una broma, y le sacó la lengua. La verdad es que se
moría de ganas por estar con él dentro, con más intimidad. Pero le daba miedo
volver a perder la cabeza y hacer sólo lo que deseaba su cuerpo. Era su primera
vez, y siempre había querido que fuese <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muy especial <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y con la persona indicada. ¿Sería Gael el
chico apropiado para hacerlo? Se acababan de besar por primera vez. Era
demasiado temprano. Sí, eso estaba claro, no podía llegar hasta el final esa
noche. Pero un primer contacto… ¿por qué no?</div>
<div class="MsoNormal">
Él le sujetó la cabeza con las dos manos y le dio un beso
dulce en los labios. Fue muy largo y suave. Pero no era
como los besos que se había dado con Mario. Éstos eran más tiernos, más inocentes.
Sin embargo, ella los disfrutó igual o más que con el otro chico. Al retirarse,
suspiró, y Gael sonrió al verla. Por lo visto le había gustado el beso.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_La verdad es que tal vez sí que tenga un poco de miedo yo
sola_ dijo avergonzada mientras se enredaba un mechón de pelo con los dedos.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Lo dices en serio?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí_ contestó muy sonrojada evitando encontrarse con su
mirada.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues entremos, entonces.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se acercó más a la puerta y entonces se dio cuenta de algo
que no recordaba. Se había dejado la chaqueta y el móvil en casa, ¡pero también
las llaves! Volvió a mirar a Gael, el cual la observaba desconcertado al ver
que no sacaba las llaves.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Me he dejado las llaves en casa.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿De verdad?_ preguntó riéndose.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí. Hoy se me ha olvidado todo dentro.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya… Y eso, ¿por qué? ¿Estabas nerviosa?</div>
<div class="MsoNormal">
_Un poquito.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te pongo nerviosa yo?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael acarició las ondas de su cabello, y arrimó sus labios a
su mejilla. Ella volvió a sentir la misma sensación que la última vez que le
había hecho eso. ¿Por qué tenía que encantarle tanto? ¿Y por qué era tan
capullo de hacerle eso? Hacía que se muriese de ganas de llegar más lejos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No_contestó susurrando.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿No? ¿Seguro?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Él le hablaba al oído, sonriendo. Sabía que aquello la
excitaba. Era un poco cruel, porque no podían llegar a más, pero le gustaba ver
como ella separaba los labios y cerraba los ojos en señal de placer.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué vamos a hacer tú y yo hasta que tus padres lleguen?</div>
<div class="MsoNormal">
_ No lo sé. ¿Qué quieres hacer?_ su voz sonaba entrecortada
por la emoción que estaba sintiendo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Mmm… ¿Qué te parece si te doy el último beso en tu
habitación?</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo vas a hacer eso? Vuelvo a decirte que las llaves
están dentro.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ay Carlita, Carlita, qué poco confías en mi.</div>
<div class="MsoNormal">
_No me llames Carlita… ¿Qué quieres hacer?</div>
<div class="MsoNormal">
_Ven.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La agarró de la mano y la llevó hasta la parte trasera de la
casa. Le señaló con el dedo índice una ventana abierta. Era la de la habitación
de sus padres.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo sabías que estaba abierta?</div>
<div class="MsoNormal">
_No lo sabía. Pero había que comprobarlo, y hemos tenido
suerte_ contestó con una de sus sonrisas encantadoras.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Suerte? ¡No podemos subir hasta ahí!</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No había tanta altura desde el suelo hasta la segunda planta,
pero Carla siempre se había considerado patosa. Era la peor en la clase de
educación física, por no enumerar todas las caídas que había tenido desde que
era pequeñita.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Muy fácil. No hay casi nada de altura entre esta planta y
la de arriba. Yo subiré, y después te ayudaré a ti</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Y por qué no subes tú y me abres la puerta desde dentro?</div>
<div class="MsoNormal">
_Porque hay que poner un poco de riesgo y emoción en la
vida.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y dicho esto, el joven se aproximó a la ventana de la
cocina, que era justo la que estaba debajo de la habitación de sus padres. Una
vez que estaba subido en el bordillo superior, estiró los brazos
hasta encontrarse con el bordillo inferior de la ventana de arriba. Con todas sus
fuerzas, impulsó todo su cuerpo hasta quedarse de rodillas frente al cristals. Lo había
conseguido. Después, abrió completamente la ventana y se introdujo en la
habitación.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Venga! ¡Te toca a ti!</div>
<div class="MsoNormal">
_Gael, yo no voy a subir ahí. ¡Ábreme desde dentro!_ gritó
la chica desde abajo.</div>
<div class="MsoNormal">
_No.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Por qué?</div>
<div class="MsoNormal">
_Porque puedes hacerlo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla resopló y se aproximó a la fachada. ¿Por qué había
salido con aquel chico? Hizo lo mismo que Gael, pero cuando llegó el momento de
subirse a la ventana de la planta de arriba, no logró encontrar las fuerzas
para subir todo su cuerpo. Gael tiró con fuerza de su mano, y con ese apoyo por
fin pudo llegar arriba. Entró en el dormitorio de sus padres mientras
observaba la sonrisa de satisfacción de Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No sé por qué sonríes tanto. Ha sido estúpido_ dijo
jadeando. No estaba acostumbrada a hacer ese tipo de cosas.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vamos, no ha sido para tanto. Una anécdota que contar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla hizo una mueca de desprecio y encendió la lámpara de
la mesita de noche. Aquello estaba demasiado oscuro.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Éste es el dormitorio de tus padres?_ preguntó mientras
observaba la habitación.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí.</div>
<div class="MsoNormal">
_Es muy bonito.</div>
<div class="MsoNormal">
_No está mal.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael se sentó encima de la cama y la agitó un poco.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_La cama es cómoda_ dijo guiñándole un ojo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Aunque Carla era diferente, aunque por ella sintiera algo
especial, no podía evitar gastar las mismas bromas pícaras de siempre. Le
encantaría pasar aquella noche allí con ella, aunque no pasara nada, sólo
dormir juntos, pero sus padres tendrían que llegar a casa tarde o temprano.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Gael…</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué?</div>
<div class="MsoNormal">
_No podemos ahora…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael se rió y se levantó. Le dio un beso en la frente.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Sólo era una broma. Estamos bien así. Yo tampoco quiero
hacer nada hoy.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se alegró al escuchar aquello. Le dio un beso tierno
en los labios. Después un abrazo. Un abrazo interrumpido por el sonido de una
llave metida en una cerradura.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Rápido! ¡Vete, vete!</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael le dio un último beso en los labios y salió por la
ventana. Carla observó cómo llegaba al suelo y se despedía con la mano. Después
cerró la ventana y se fue sigilosamente a su habitación para que sus padres no la pillasen allí. Se desvistió y se puso el pijama. Una vez metida en la cama, pensó en lo loco que estaba aquel chico, y en lo loca que la estaba volviendo a ella también. Y sonriendo, se quedó dormida.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-31548613111396026342012-07-10T09:16:00.000-07:002012-07-10T09:22:41.843-07:00Capítulo diecinueve.<br />
<div class="MsoNormal">
Ya habían pasado tres largos toques y Carla aún no lo cogía.
Tal vez no lo hiciese, ni siquiera conocía el número que la llamaba. Mario le
había dado el número de su móvil. Necesitaba verla, e ir a su casa no le
pareció una buena idea porque se sentiría incómodo si estuvieran allí sus padres.
Un quinto y último toque.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Si?_ contestó algo confusa.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Carla? Soy Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Un pequeño silencio al otro lado de la línea. ¿Gael? ¿Cómo
sabía su móvil? Y lo más importante, ¿qué quería?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Ah, sí.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te apetece salir conmigo esta noche?</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Salir contigo? </div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, me apetece.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla no entendía nada pero le alegró escuchar aquello. Gael
les había pillado esa misma mañana y por la noche le pedía salir, un poco raro,
¿no? Sí que le debía gustar. Tapó el móvil para que él no la escuchara, y soltó
un pequeño grito tapándose la boca con uno de los cojines que estaban sobre su
cama.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Carla? ¿Estás ahí?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, sí. Está bien, quedemos.</div>
<div class="MsoNormal">
_ Vale. Dentro de media hora en la plaza, ¿vale? ¿O
prefieres que te pase a buscar?</div>
<div class="MsoNormal">
_No. Mejor en la plaza.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No quería que su padre volviera a atosigarle a preguntas
como hizo cuando Mario la había ido a buscar. Además, tan sólo eran las diez, y
a esa hora en verano todavía no era de noche.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Muy bien, allí nos vemos. Hasta luego Carla.</div>
<div class="MsoNormal">
_Hasta luego.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Volvió a posar el móvil sobre la mesita de noche. Ahora
venía lo difícil. Sólo tenía unos veinte minutos para prepararse, así que debía
tomar decisiones rápidas. Abrió el armario y rápidamente sacó un vestido negro
palabra de honor. Siempre le habían dicho que le sentaba como un guante.
Después fue al baño; se pintó la raya del ojo y se echó un poco de brillo de labios. Se puso unas sandalias negras de tacón. Ya estaba
lista. Ahora venía algo más difícil, ¿qué iba a decirle a sus padres? Bajó las
escaleras de caracol, pero en el salón no estaban. Es verdad, lo había
olvidado, sus padres le habían dicho que iban a casa de unos amigos a jugar a
las cartas. Por lo visto, también habían hecho buenas migas con la gente del
pueblo. Mucho mejor, vía libre para salir de casa. Pero antes decidió
dejarles una nota en la que explicaba qué se iba a tomar algo con algunos
amigos y amigas. Para los padres, siempre es mejor que su hija se vaya con
varias personas que sola con un chico un poco más mayor que ella. La dejó
encima de la mesa del comedor y salió de casa. No hacía nada de frío aquella
noche y se alegró de ello porque con la emoción y las prisas había olvidado
coger una chaqueta. ¡Ni siquiera llevaba dinero! ¡Ni móvil! ¿Y si él no
aparecía? Ni siquiera podría llamarle para saber qué había pasado. Pero pronto
comprobó que aquello no iba a pasar. Gael ya estaba sentado en un banco de la
plaza esperándola. Además de guapo, puntual, ¿qué más se podía pedir? Llevaba
una camiseta roja y unos vaqueros oscuros. Su sonrisa al verla llegar era más
bonita a la luz de las farolas. Carla se aproximó y él se levantó. Llegaba la
gran duda, ¿cómo se saludaban? Gael se decidió y le dio dos besos. Comenzaron a
andar sin rumbo fijo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Me ha extrañado que me hayas llamado_ confesó Carla.</div>
<div class="MsoNormal">
_Me lo puedo imaginar…</div>
<div class="MsoNormal">
_ Siento mucho lo que has visto esta mañana. Fue… una
tontería.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé_ Gael la miró y sonrió_ Mario me lo ha contado.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sólo era atracción… Y ya se ha acabado.</div>
<div class="MsoNormal">
_No hace falta que te justifiques, de verdad. Está olvidado.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vale.</div>
<div class="MsoNormal">
_ ¿Sabes? La verdad es que yo pensaba que tú eras mucho más
previsible, pero me ha sorprendido tu relación con Mario. Pensaba que te
gustaban más las relaciones serias y todo eso.</div>
<div class="MsoNormal">
_¡Y me gustan!</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sabía que le causaría una mala impresión a Gael, lo sabía.
Ella normalmente no era así, pero no comprendía qué le había pasado. Sería el
calor del mediterráneo. Quería que él tuviera claro que su forma de ser era
otra muy diferente.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_De verdad que soy más de relaciones que de esto. Pero esta
semana sentí cosas que nunca había sentido…Y no sé, me dejé llevar demasiado.
Es algo que habitualmente me cuesta muchísimo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Parecía sincera. Sin embargo, a Gael aún le molestaba que
hubiera sentido aquella atracción por Mario. Se preguntó si por él sentiría la
misma, o si sentiría algo. Él no buscaba sólo sexo en ella, pero no podía negar
que era una de las partes más bonitas y sencillas de una relación. </div>
<div class="MsoNormal">
Quería dejar
de hablar de lo que había pasado entre Mario y ella, así que se dispuso a
comenzar el plan que había estado pensando desde que Mario abandonó su casa.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Te voy a llevar a un sitio.</div>
<div class="MsoNormal">
_ ¿A dónde?_ preguntó Carla ilusionada.</div>
<div class="MsoNormal">
_ Ya lo verás.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Le regaló otra sonrisa , y se dirigieron a la
parte más alta del pueblo. Carla ya había recorrido aquel camino el día que
quedaron para ir a la piscina. Además, lo había hecho con la misma persona.
Hacía unos días quería matarle por sus comentarios y en ese momento estaba
allí, llena de ilusión por lo que pudiera pasar con aquel chico. Habían
olvidado todo lo que había pasado la última semana, y simplemente disfrutaban
de la presencia del otro en una de las primeras noches de julio. Volvían a
llegar al mismo lugar de la última vez, sólo que en lugar de dirigirse a la
puerta de entrada principal, llegaron a la puerta de los empleados.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué hacemos aquí?</div>
<div class="MsoNormal">
_Shh_ le cerró los labios con el dedo índice, y ella se
estremeció. ¿Nunca te has dado un baño de noche?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Aquel chico estaba completamente loco. Pero le encantaba.
Gael sacó una llave del bolsillo de su vaquero y la introdujo en la cerradura.
La puerta fabricada con metal se abrió. Entraron en un lugar muy oscuro. Gael
pulsó el interruptor que estaba al lado de la entrada, y se encendió una
pequeña bombilla en el techo. En aquella habitación se encontraban flotadores,
maguitos, planchas, materiales para limpiar la piscina…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Aquí es por donde entro yo todas las mañanas.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya… Qué guay tener la llave.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, pero nunca he hecho esto. Tenemos la suerte de que las
cámaras de seguridad están estropeadas desde hace una semana.</div>
<div class="MsoNormal">
_¡Es verdad! ¡Las cámaras!</div>
<div class="MsoNormal">
_No te preocupes, ahora no nos graba nadie.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael cogió un flotador azul gigante y salieron de allí. La
piscina era mucho más bonita de noche iluminada por los focos. Además, que no
hubiera nadie más tenía su encanto. Carla se sentó en el césped y observó cómo
Gael se quitaba la camiseta. Menudo cuerpazo tenía.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué haces ahí sentada? ¡Vamos a bañarnos!</div>
<div class="MsoNormal">
_Me encantaría_ sonrió_ Pero no quiero llegar a casa mojada.</div>
<div class="MsoNormal">
_Hay toallas donde estuvimos antes, no te preocupes.</div>
<div class="MsoNormal">
_Me da vergüenza desnudarme_ dijo sonrojada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael se aproximó a ella sonriendo y tiró de su brazo derecho hasta que se puso en pie. Le acarició suavemente los hombros.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No voy a ver nada que no hubiera visto ya_ se rió pícaro.</div>
<div class="MsoNormal">
_Capullo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Fingió ofenderse, pero pronto le devolvió la sonrisa. Tenía
que quitarse la ropa. No podía quedarse allí sentada después de que Gael la
hubiera llevado hasta aquel lugar de noche. Aunque las cámaras de seguridad no
funcionasen, se estaba jugando su puesto.</div>
<div class="MsoNormal">
Gael se quitó los vaqueros y se quedó en bóxer. Después, se
zambulló en la piscina. La miraba expectante desde el agua.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Venga! El agua está buenísima.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se dio por vencida. Se bajó la cremallera del vestido, y éste lentamente cayó en sus pies. Observó la ropa interior que
llevaba. Era negra y el sujetador era uno de sus favoritos. Preferiría haber llevado
el conjunto que había comprado unos días antes, pero podía haber sido peor.</div>
<div class="MsoNormal">
Ella no se tiró, bajó por las escaleras adentrándose cada
vez más en el agua. Estaba un poco fría. Finalmente, dejó caer todo su cuerpo y
metió la cabeza bajo el agua. Su cabello volvió a aparecer completamente
mojado. Gael pensó que los baños nocturnos le sentaban realmente bien a Carla,
estaba guapísima. Nadó hasta el bordillo de la piscina y alcanzó el flotador
que había cogido unos minutos antes. Después, lo arrojó al agua y le pidió a Carla que se metiese
dentro. Ésta se negó al principio pero acabó cediendo. Gael la ayudó a echarse
sobre él.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Ahora sólo tienes que mirar hacia arriba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Miles de estrellas los observaban aquella noche. Carla
sonrió. Era realmente bonito. Gael también contemplaba el cielo desde el agua mientras
apoyaba sus brazos en el flotador. Tal vez los apoyó demasiado, porque Carla acabó resbalandol y sumergiéndose en el agua.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Lo has hecho a posta_ protestó.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿El qué?</div>
<div class="MsoNormal">
_Me has tirado.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ha sido sin querer.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ha sido sin querer.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Imitó su voz en tono burlón pero ambos acabaron riéndose. Se
aproximaron más, mucho más. Piel contra piel. Miradas expectantes, esperando
algo que los dos querían pero que no llegaba. Pero finalmente, llegó. Y es que
a toda la magia que desprendía aquella noche estrellada, se le unió la magia de
un dulce primer beso. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-23874351702562788492012-07-09T17:37:00.001-07:002012-07-09T17:37:24.086-07:00Capítulo dieciocho.<br />
<div class="MsoNormal">
Otro suspiro. Carla llevaba una hora observando la cala
desde el ventanal de su habitación. Tal vez él apareciera por allí. Pero no, el
rostro de Gael no era uno de los muchos que pasaban una tarde soleada al lado
del mar. Pero sí había dos caras conocidas. Inés y Katia estaban tumbadas en la
arena tomando el sol. No las había vuelto a ver desde el sábado anterior. Inés
le caía bien, y Katia tampoco estaba mal, aunque tenía la impresión de que ésta
no sentía precisamente aprecio por Carla. Además, había tenido algo con Gael.
Supuso que ya había finalizado por la forma en la que había salido Katia del
pub y porque Mario le había dicho que Gael no estaba con nadie. Le gustaba. Le
gustaba mucho, y por lo visto él también sentía algo por ella. Ella jugaba con
ventaja; sabía que él sentía algo, pero él no sabía que ella le correspondía. A no ser
que Mario se lo hubiera dicho ya, claro. Tenía que usar esa carta a su favor y aprovecharla
al máximo. Después de lo que había visto Gael en el almacén de la panadería,
debía hacerle notar que aquello se había acabado y que por el que sentía algo
era por él. ¿Pero cómo se hace eso con mucha sutileza? Siempre había sido muy
tímida con esos temas, y nunca había tenido que dar el primer paso. ¿Sería ese
el momento para empezar a hacerlo? Suspiró una vez más. Se sorprendió al
escuchar los pasos de alguien que entraba en su habitación. Eran bastante
lentos. Indudablemente, se trataba de su padre. Carla dejó de
observar la cala y dirigió la mirada hacia Jaime. Éste estaba bastante serio,
aunque aquello en su padre era normal. Pocas veces le había visto sonreír. Se
imaginó qué era lo que quería<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>saber.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Hiciste la preinscripción?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Había acertado.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Sí.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No mintió. Sí la había hecho, pero no para la carrera que él
quería que la hiciese.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Muy bien.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y con el mismo rostro que carecía de expresión alguna de
alegría, salió de la habitación. Carla se tumbó en la cama y cerró los ojos.
Tenía que confesar la verdad. Pero no en aquel momento. Tenía que esperar que
finalizara el plazo de la preinscripción para que no existiera manera alguna de
modificar las carreras elegidas. Hasta entonces, no se iba a preocupar. Su
mente se dedicaría exclusivamente a Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un poco más tarde, en
un lugar no muy alejado…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
Ahora le tocaba disculparse a él. En realidad, no debía
hacerlo pero había decido tragarse su orgullo y arreglar las cosas con su mejor
amigo. Creía recordar que aquella tarde no tenía turno en la piscina, porque algún
sábado por la tarde sí le tocaba. Los helados los vendían él y David, un joven
de dieciséis años que quería ahorrar dinero para comprarse una moto. </div>
<div class="MsoNormal">
Al descartar que Gael estuviera en la piscina, existían dos
posibilidades más: o bien estaba en la cala, o bien en su casa. Decidió probar
primero con aquello último, más que nada porque era el lugar más cercano. Al
llegar, le abrió la puerta Mercedes, su madre. Conocía a Mario desde que era pequeño y siempre había sido muy amable con él. Ese día no iba a ser menos.
Le preguntó por sus padres y por la panadería; después le invitó a tomar algo
pero él respondió negativamente. Lo único que quería era hablar con Gael.
Mercedes le guió hasta su habitación, y antes de que éste llamara a la puerta,
se despidió del chico con dos besos y una sonrisa. Después, volvió a la cocina
para tomar un café mientras veía su telenovela favorita.</div>
<div class="MsoNormal">
Dos golpes secos en la puerta de madera. Una voz desde dentro
le indicó que pasara. Gael retiró la mirada del ordenador y la posó en Mario.
Se sorprendió de verlo allí. Cuando llamaron a la puerta, pensó que sería su
madre aunque ésta siempre entraba sin llamar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Hola.</div>
<div class="MsoNormal">
_Hola.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Silencio. Mario se sentó en la cama y empezó a acariciar con
sus dedos la colcha verde pistacho. ¿Quién debería ser el primero en hablar?
Gael no comprendía qué hacía allí Mario.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No había podido dejar de pensar en lo que había presenciado aquella
mañana, y cuando le miraba, volvía a recordar aquella imagen. Estaba muy
dolido, pero no tenía derecho a enfadarse con él. ¿Por qué le había ido a ver?¿No seguía cabreado? ¿O es que ya le había perdonado?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Querías algo?_ dijo con con una tímida sonrisa. Si su
amigo había venido a hacer las paces, no quería que él fuera la causa de que se
echara atrás.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, sí… Lo que has visto esta mañana…</div>
<div class="MsoNormal">
_Ah, sí. Bueno, me alegro de que la cosa marche bien entre
vosotros.</div>
<div class="MsoNormal">
_No. No hay cosa.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo que no? ¿Entonces lo de esta mañana?</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo de esta mañana solo fue un calentón. Ninguno de los dos
sentimos nada, de verdad.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Los ojos de Gael se iluminaron esperanzados. Si su amigo
decía la verdad… ¡Podría intentar algo con Carla! ¿Pero se estaba escuchando?
¿Intentar algo él? ¿Algo serio? Por aquel entonces, no sabía si sería serio o
no, pero lo que si sabía es que le gustaría dedicar mucho de su tiempo a aquella chica. Observar sus ojos marrones, probar sus labios carnosos. Hacerla
rabiar y después pedirle perdón con un beso. Eso era lo que quería. Pero era
algo que nunca había deseado tener con nadie. Sus relaciones no habían durado
más de una semana. La única con la que había mantenido algo más duradero
era con Katia, y no se trataba de nada serio, sino de dos amigos que satisfacían
sus necesidades sexuales. Al menos él lo veía así, aunque unas horas antes se
había enterado de que aquello no había sido igual para ambos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Lo dices en serio?</div>
<div class="MsoNormal">
_Completamente_ contestó Mario con una gran sonrisa.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Todo esto significa que seguimos siendo amigos?</div>
<div class="MsoNormal">
_Si tú quieres, sí.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael se levantó de la silla en la que estaba sentado y se
acercó a Gael para abrazarle. Éste le correspondió y se separaron sonriendo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Ahora ya sabes lo que tienes que hacer_ dijo Mario
guiñándole un ojo.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿El qué?</div>
<div class="MsoNormal">
_Ir a por ella.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Le dio un golpe suave en el hombro y Gael afirmó con la
cabeza. Conseguir a Carla. Por fín podía intentarlo. Y por fin volvía a estar bien
con su amigo. Cuánto lo había echado de menos. Ana se había ido aquella mañana
a Inglaterra y se sentía muy solo. No quería ni pensar cómo pasaría el resto
del verano. Pero aquella tarde recuperó la esperanza y la felicidad que había
perdido en los días anteriores. Aunque aún podía ser mucho más feliz. Y aquella
muchacha de melena castaña y ojos marrones claros podía ser la razón.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-81689595993138020642012-07-06T13:55:00.002-07:002012-07-06T13:55:17.697-07:00Capítulo diecisiete.<br />
<div class="MsoNormal">
Gael caminaba solo por la calle. No le apetecía hablar, no
le apetecía estar con nadie. Sólo quería olvidar, y entender. Olvidar lo que habían
visto sus ojos unas horas antes. Entender aquel sentimiento que estaba
despertándose en tu interior. Un sentimiento completamente nuevo, lleno de
dolor. Su mejor amigo y Carla. No podía borrar esa imagen de su cabeza. ¿No
habría sido una pesadilla? Ojalá. Todos hemos deseado alguna vez que algo que
nos causara dolor sólo se tratase de un sueño. Pero tarde o temprano tenemos
que afrontarlo, darnos cuenta de que ha ocurrido de verdad y de que debemos
seguir adelante. No pasaba nada. Sabía que Mario y Carla se habían liado, pero
no había sido lo mismo imaginarlo que verlo. Mario se merecía estar
con ella mucho más que él. Él había sido un egoísta y un mentiroso. No tenía
derecho de pedirle nada. Si le hubiera dicho por las buenas lo que sentía… ¿Por
qué no había pensado fríamente antes de actuar? Aquel acto impulsivo no era
habitual en él. Esa chica le había hecho perder la cabeza. Y pensar que hacía
poco más de una semana Carla no existía... Ojalá pudiera retroceder en el
tiempo. Pero no. En este mundo no se puede volver atrás, ni convertir
realidades en sueños. En este mundo hay que asumir lo que pasa y seguir
adelante por mucho que se tuerza el camino. Eso era lo que le habían enseñado,
y lo que él estaba dispuesto hacer. Pero… ¿Cómo?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Una cara conocida. Su camino ya volvía a torcerse. Era
Katia. También se había portado muy mal con ella. La había puesto como excusa
para que Carla y Mario no se acostaran juntos. Y al final<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>había sucedido igualmente, o eso era lo que
él creía. La chica le miró con odio y siguió caminando a paso más rápido. Gael
tenía que hablar con ella. No podía estar mal con nadie más. Tenía que hacer
algo. La paró sujetándole el hombro con uno de sus brazos. Ella le miró a los
ojos. Estaba muy dolida. Todavía no había superado todo lo que le había hecho
Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Déjame._ Katia volvió a mirar al suelo mientras intentaba
apartar el brazo de Gael de su hombro.</div>
<div class="MsoNormal">
_No. No hasta que me escuches.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿No has tenido ya suficiente?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Una lágrima empezaba a resbalar por el rostro de Katia. No
se pudo contener. Había pasado unos días muy malos, y que Gael intentara hablar
con ella, no la ayudaba. Lo que más le dolía es que en el fondo tenía ganas de escuchar su voz y de sentirse observada por aquellos cautivadores ojos
verdes. Gael se dio cuenta y le entraron ganas de consolarla, pero sabía que él
no era el más adecuado. Sólo podía disculparse una y otra vez.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Katia, lo siento mucho de verdad. No era mi intención
hacerte daño.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿De verdad? Pues para no ser tu intención, lo has hecho muy
bien.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El rostro de Katia estaba cubierto por más lágrimas.
Gael<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>quería abrazarla, pero tal vez no
era lo más apropiado.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Lo siento. Sé que lo he hecho mal, pero tienes que
perdonarme por favor_ La miró a los ojos muy serio.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Es que sabes qué pasa, Gael? Que me duele demasiado como
para perdonarte. No es por lo del otro día. Es por todo. Tú nunca has sentido
lo mismo que yo, y me duele mucho no ser correspondida. Yo estoy enamorada de
ti, Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael sabía que ella sentía algo más que simple atracción,
pero lo que nunca hubiera imaginado es que le fuera a decir aquello.
¿Enamorada? Eso eran palabras mayores. ¿Por qué no se lo había dicho antes?
Bueno, la respuesta estaba clara. Si se lo hubiera dicho, Gael hubiera cortado
de inmediato con aquello que tenían, y ella no volvería a estar con él. Y en
ese momento mejor que nunca, comprendía lo que se puede llegar a hacer por la
persona a la que se quiere. Un momento. ¿Querer?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya…No sabía nada.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues estás más ciego de lo que pensaba_ dijo Katia entre
sollozos pero con una tímida sonrisa. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Le había tranquilizado decir aquello que
tanto tiempo había guardado en su interior. El secreto había sido desvelado.Gael sonrió. No sabía qué decir. ¿Qué iba a decirle? Se
había acostado con ella durante cuatro años, y ni siquiera se había dado cuenta
de que estaba enamorada. Katia había tenido que soportar ver a Gael con otras
mujeres, que le hubiera dado plantón varias veces, y aún así siempre tenía una
sonrisa para él. Se sintió aún peor. Aquel día no podía acabar bien.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Lo siento mucho… Lo siento mucho por todo. Por todos estos
años sin darme cuenta de tus sentimientos. Por haber jugado contigo, aunque de
verdad que no era mi intención. Por todo Katia. Siempre hemos sido amigos, y me
gustaría que lo siguiéramos siendo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Es que yo no puedo ser tu amiga Gael. Yo lo que quiero es
ser otra cosa. No puedo ser tu amiga hasta que no me olvide de ti, y ahora eso
me parece imposible.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael lo entendía. Se imaginaba lo difícil que sería estar
enamorado de una amiga. Fingir ser amigos cuando se quiere algo más no es
amistad. La amistad debe ser sincera por ambas partes. Si alguno de los dos
siente algo distinto, ya no es amistad. Al menos eso era lo que él pensaba. Tal
vez dentro de un tiempo sí podrían ser amigos, pero en aquel instante no.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Lo entiendo. Quiero que estés bien, Katia.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ya.</div>
<div class="MsoNormal">
_De verdad.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sí, lo sabía. Gael no era un mal chico. Siempre estaba ahí
cuando lo necesitaba. Se había comportado como un amigo leal. Lo que le había
hecho en la última semana no tenía nombre, pero supuso que tendría sus motivos
para haberlo hecho. Gael la quería. Sólo como una amiga, pero la quería.
Lástima que ella no pudiera sentir solamente amistad. A lo mejor algún día…Pero
todavía faltaba mucho. </div>
<div class="MsoNormal">
Y de esa manera, aquellos dos jóvenes que habían sido amigos
y amantes, siguieron caminando en direcciones opuestas, dejando en el recuerdo
todos los momentos bonitos que habían vivido, y también los no tan bonitos. Ya
no podían hacer más.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-89507296761826091912012-07-05T14:07:00.001-07:002012-07-05T14:07:06.747-07:00Capítulo dieciséis.<span class="Apple-style-span" style="font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;"><span class="Apple-style-span" style="border-collapse: collapse;"></span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;">_¿Qué hemos hecho?_ le preguntó Carla a Mario mientras se
ponía su minifalda.</span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;">
<div class="MsoNormal">
_No lo sé_ Mario se tapó la cara con las manos, y después la
miró_ Sentimos demasiada atracción el uno por el otro, pero no podemos seguir con esto, de verdad.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario tenía razón. Aquello no podía seguir así. Gael les
había pillado con las manos en la masa. ¿Qué iba a pensar ahora de ella? Nunca
se había comportado así, siempre se había considerado una persona racional y
poco impulsiva, pero con Mario…Con Mario todo era diferente. Estaba
avergonzada, sentía vergüenza al recordar la cara de Gael cuando los encontró a
punto de hacer el amor. ¿Qué impresión se llevaría de ella? No sabía que sentía
exactamente por Gael, pero no le gustaba nada la idea de que la hubiese visto
con otro. Y menos con su mejor amigo. Entonces, con aquel pensamiento, de
repente enlazó lo que le había contado antes Mario con Gael. ¿Era él la tercera
persona? No se iba a quedar con la duda.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Oye Mario… Cuando me dijiste aquello de que había una
tercera persona… ¿No te referirías a Gael no?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Silencio.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_O sea, que es Gael. ¿Pero por qué?</div>
<div class="MsoNormal">
_No te puedo contar nada Carla.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Los ojos marrones de Mario suplicaban que no preguntara más,
pero Carla no se iba a rendir. Sentía demasiada curiosidad. ¿Qué tenía que ver
Gael con Mario y con ella? ¿Quería que no estuvieran juntos? <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y lo más importante… ¿Por qué?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Por favor. ¿Por qué Gael no quiere que estemos juntos?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
¿Se lo contaba? Mario comenzó a dudar. No sabía cómo salir
de allí. ¿Y si se inventaba algo? No, a él no le gustaba mentir y tampoco se le
daba bien. Tal vez no sería tan mala idea contárselo. A lo mejor así
terminarían definitivamente con aquellos encuentros pasionales. Carla le
gustaba mucho, pero existían demasiados obstáculos sólo para tener un poco de
sexo. Sí, tenía que decírselo. Igual a Carla también le gustaba Gael, y así le
hacía un favor. Empezó a enfadarse consigo mismo. ¿Por qué le iba a hacer un
favor después de lo que le había hecho él? Entonces recordó la frase que su
madre siempre le repetía una y otra vez “Tú de tan bueno que eres, eres tonto”
Que razón tenía. Se calzó el playero izquierdo, y se volvió a sentar sobre la
mesa donde unos minutos antes había estado a punto de hacer el amor. Carla se
sentó a su lado, mientras esperaba algo nerviosa la repuesta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Mmm… Puede que me mate si te lo digo, pero me voy a
arriesgar. A Gael le gustas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Los ojos de Carla se hicieron más grandes al escuchar
aquello. ¿Cómo? ¿Había escuchado bien? ¿Le gustaba a Gael? ¿Pero cómo le
gustaba? ¿Le gustaba de gustar como una chica más? ¿O le gustaba de gustar de
verdad? Frunció los labios y los movió ligeramente a la derecha. No quería
atosigar a Mario con preguntas, pero necesitaba saber más.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya… ¿ De verdad?¿Pero cómo le gusto?</div>
<div class="MsoNormal">
_Mucho, Carla. Lo suficiente como para haber hecho cosas que
no debería haber hecho.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿A qué te refieres?_ Carla no entendía qué quería decir.</div>
<div class="MsoNormal">
_Nada, no tiene importancia _Mario sonrío._ Pero seguro que
a ti él también te gusta. Deberías hacérselo ver.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla suspiró. No iba a negarle a Mario que se había fijado
en Gael y que había empezado a sentir algo, a pesar de haber estado a punto de
acostarse por primera vez con él. Menuda locura. Seguro que Gael había dejado
de sentir algo por ella cuando los encontró juntos en ese mismo lugar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo voy a hacérselo ver? ¡Hace unos minutos nos vio enrollándonos!
Si tanto me gustara, no debería hacer eso…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario no se ofendió porque Carla hubiera admitido, aunque
sin decirlo directamente, que le gustaba Gael. Sabía que su amigo era el guapo,
y aunque se hubiera comportado como un mal amigo, se la merecía. Era la primera
vez que había visto a Gael tan pillado por alguien. Debían estar juntos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Vamos, Carla… No tiene importancia que te liaras conmigo.
No significa nada. Lo que quiero decir es que lo único que importa es que los
dos sentís algo el uno por el otro. Lo que haya pasado antes, da igual.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Tal vez Mario tuviera razón y a Gael no le molestara tanto
aquello para iniciar algo con ella. No, ¿Cómo iba a querer empezar algo?
¡Apenas se conocían! Se estaba volviendo loca. Desde que había entrado en aquel
pueblo, no había hecho nada más que locuras. ¿Estaba cambiando de forma de ser?
Primero, empieza a conocer el sexo con un chico que ni si quiera conoce bien,
aunque en ese momento se da cuenta de que es un buen amigo. Y ahora, quiere “iniciar
algo” con el chico que tanto la había hecho enfadar, con un chico que sólo había
visto varias veces,con un chico que estaba con una chica rubia muy guapa en
la cala. Es verdad. ¿Y esa chica quién era?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Oye Mario… ¿Y Gael está con alguna otra chica?</div>
<div class="MsoNormal">
_No.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿No? ¿Seguro? Es que el otro día le ví con una chica en la
cala y estaban muy…juntos.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya… ¿En serio? ¿Cómo era esa chica?_ Mario se extrañó al oír
aquello. Que él supiera, desde que dejó de verse con Katia, su amigo no había estado con nadie más.</div>
<div class="MsoNormal">
_ Pues delgada, con el pelo largo, rubia…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
¡Claro! Carla estaba hablando de Ana. Ella siempre era muy
cariñosa, y más con Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Ah, no_ dejó ver una tímida sonrisa_ No te preocupes. Creo
que me estás hablando de Ana. Son muy amigos, pero nada más.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla suspiró aliviada. Menos mal. No le entusiasmaba nada
la idea de que hubiera otra chica de por medio. Había llegado su oportunidad.
Tenía que intentarlo con Gael, pero con sutileza. Como siempre había sido ella.
Nada de volver a hacer cosas que eran impropias de su manera de ser.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-51164962446437750152012-07-04T17:34:00.001-07:002012-07-04T17:40:43.586-07:00Capítulo quince.<br />
<div class="MsoNormal">
Aquella mañana de sábado, Mario estaba solo en la panadería.
Su padre tenía que hacer unos recados que le mantendrían ocupado toda la
mañana. No entró mucha gente. Desde que pusieron panaderías en los
supermercados, la gente prefería comprar allí el pan. Aún así, el padre de
Mario se había ganado la fidelidad de muchos clientes. Su pan era más crujiente
y estaba más rico que el de los supermercados, o al menos eso era lo que le
decían todas las señoras que compraban allí. Mario sacó varias baguetes del
horno y las comenzó a colocar sobre una bandeja para que se enfriaran. Sintió
los pasos de alguien que entraba en la tienda.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Ahora mismo le atiendo_ dijo mientras colocaba las últimas
barras en la bandeja.</div>
<div class="MsoNormal">
_Hola.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Aquella voz le resultaba familiar. Se giró y vio aquel
rostro. Era Carla. Estaba guapísima. Su cabello castaño parecía más claro por
la luz que entraba por la puerta, y llevaba una camiseta de tirantes rosa que
le favorecía mucho.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Carla! No esperaba verte…</div>
<div class="MsoNormal">
_Me lo imagino. Hace mucho que no sé de ti.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario bajó la mirada. Sí, hacía mucho que no daba señales de
vida. Pero era porque necesitaba pensar. No podía estar con Carla si Gael
estaba enamorado de ella, pero por otra parte, era él el que se había
comportado como un capullo. Mario también tenía derecho a estar con quien
quisiera. Pero no, él no estaba enamorado de Carla, y no sabía si ella lo
estaría de él. Decidió que aquel era el mejor momento para poner las
cartas sobre la mesa.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Ya. Carla, tenemos que hablar.</div>
<div class="MsoNormal">
_Claro. Dime</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla estaba seria. No había ido a ver a Mario para echarle
nada en cara. Ni siquiera sabía para qué había ido. Se había dado cuenta de que
por Mario sólo sentía atracción, y que por Gael estaba empezando a sentir
algo extraño, algo que le había hecho sentir celos al verlo con aquella chica
en la cala. Ella también quería hablar con Mario, pero decidió que él hablase
primero. Mario colgó en la puerta de la entrada un cartel verde de “Vuelvo
enseguida”, y a continuación, cerró la puerta. Le hizo una seña a Carla para
que le acompañase al almacén. Allí guardaban todos los productos para hacer el
pan y los dulces que preparaban por las mañanas. Se sentaron sobre una mesa en
la que se encontraba el ordenador con el que Mario pasaba el tiempo cuando no
entraba nadie en la panadería. Mario observó a Carla, que también le miraba a
él. No sabía cómo empezar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno…Tú dirás…_ dijo Carla, algo impaciente.</div>
<div class="MsoNormal">
_Verás, Carla. La verdad es que estoy hecho un lío. No te lo
puedo contar todo…pero hay algo… Algo que me impide estar contigo.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Algo? ¿Qué algo?_ Carla arqueó las cejas sorprendida.</div>
<div class="MsoNormal">
_Mmm…No sé como explicártelo sin contártelo todo… Digamos
que hay una tercera persona… y aunque no se lo merece, no puedo hacerle esto.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Me estás queriendo decir que estás con otra chica?</div>
<div class="MsoNormal">
_No_Mario sonrió_ No, de verdad que no es eso. No te puedo
contar nada más. A mí me gustas mucho, me encantas, pero también tengo que
decirte que sólo es eso, que no hay nada más.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla suspiró aliviada. Él sentía lo mismo que ella. Pero,
¿qué quería decir con eso de que había una tercera persona?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No te preocupes. Yo también sólo siento atracción por ti.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya…¿En serio? Eso es genial, de verdad. Tenía miedo de
que sintieras algo más.</div>
<div class="MsoNormal">
_No, no te preocupes_ Carla sonrió y le tocó la mejilla con
la mano.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario le regaló otra sonrisa, y la besó en la mejilla. Ella
le devolvió el beso. Un abrazo. Y entonces pasó otra vez. Dos cuerpos demasiado cerca. Esa atracción
irrefrenable comenzaba de nuevo. Se separaron y se miraron a los ojos llenos de
deseo. Rápidamente, comenzaron a besarse en los labios. Besos repletos de
pasión, profundos, húmedos. La camiseta de Carla pronto cayó sobre la vieja madera
que cubría el suelo. Mario comenzó a tocar sus pechos, cubiertos por un sujetador
blanco con pequeños dibujos, y empezó a lamerlos con la lengua. Carla le desabrochó el
botón del pantalón y comenzó a tocar el bulto que empezaba a aumentar debajo
del bóxer azul marino. Aquello provocó que Mario se excitara aún más, y que le
bajara hasta las rodillas la minifalda vaquera. Tocó el algodón de sus
braguitas blancas. Primero, suavemente, después de manera más rápida e intensa.
Ella dejó caer su espalda sobre la mesa y se dejó hacer. No podía parar.
Ninguno podía parar. Ambos sabían que aquello era un error, pero no estaban
preparados para echar el freno de mano. Querían seguir, querían llegar hasta el
final, que sus cuerpos se unieran en uno durante aquellos minutos de atracción
y placer. Después, que pasara lo que tenía que pasar. Pero en aquel momento, era
lo que deseaban. Mario abrió un cajón del escritorio, y bajo unos papeles,
encontró lo que buscaba. La caja de preservativos que había comprado unos días
antes. Sacó uno y se lo enseñó a Carla.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Quieres?_le susurró al oído.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Él le mordió el cuello, y ella soltó un gemido. Se bajó los
pantalones del todo, y se quitó los bóxers. Iba a suceder. Los dos estaban
preparados para el momento. Pero de repente, otra voz familiar.Alguien había entrado a la panadería y se dirigía al almacén. Mario había cometido el error de no haber cerrado la puerta con llave.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Mario, tío, tenemos que hablar…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael se quedó
paralizado al encontrarse con aquella escena de pasión en el almacén. Fijó la mirada en el
preservativo que sujetaba Mario en la mano. Ni siquiera observó el cuerpo casi desnudo de Carla, la
cual avergonzada rápidamente alcanzó la camiseta rosa y se la puso. Pasaron unos segundos antes de que reaccionara y saliera de la panadería sin decir nada. Nadie dijo nada. Lo único que se escuchó fue el
sonido del reloj de la iglesia del pueblo que anunciaba la una del mediodía y el
silencio de un corazón roto.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-33906146406575690792012-06-22T14:25:00.002-07:002012-06-22T14:31:47.256-07:00Capítulo catorce.<br />
<div class="MsoNormal">
Aquella tarde apenas había gente en la cala. Una pareja se
bañaba en el mar, disfrutando del calor y del sentimiento de pasión que
empezaba a desatarse entre ellos. Un joven los miraba con desprecio desde la
arena. Una pareja feliz. Lo que daría él por estar con alguien así, sin amigos
traidores de por medio. Resopló al
pensar en Gael. No entendía por qué se había comportado así. Le gustaba Carla,
vale, pero eso no justificaba que le mintiera ni que se hubiera comportado de esa
manera tan egoísta. Nunca había sido así. Hundió los dedos de su pie derecho en
la arena dorada, mientras pensaba qué iba a hacer con todo aquello. No había
hablado con Carla desde el día que se enteró de que su amigo le había fallado,
y aunque tuviera muchísimas ganas de estar con ella, tenía que pensar a solas.
Pensar en si iba a perdonar a Gael, en lo que sentía por Carla, y en si iba a
volver a verla. ¿Qué sentía por ella? Se lo pasaba muy bien, y estaba felíz
cuando estaban juntos, pero no era amor. No era ese amor que sintió una única
vez. Aquel amor que le había destrozado, que le había hecho sentirse tan pequeñito, clavándose las espinas de aquella rosa que nunca había llegado a palpar ni a sentir su aroma. Amó por
primera y única vez a alguien con tan sólo dieciséis años, y fue una
experiencia tan amarga y dolorosa que la recordó toda la vida. Ella nunca descubrió
aquel secreto. Se lo iba a confesar en una noche de verano de hacía ya cinco
años, pero algo se lo impidió. La peor imagen que podía haber imaginado. Su
cabello castaño oscuro se extendía sobre la misma arena que había pisado con
ella todas las tardes de aquel verano. Su cuerpo desnudo, recibiendo el calor
de aquella noche, y el del cuerpo que estaba sobre ella. Él, escondido tras una roca
escuchando los gemidos y los sonios de placer que se escuchaban en la orilla
del mar. Sus ojos humedecidos, llenos de dolor. Pero el sufrimiento fue mayor cuando descubrió el rostro del hombre
que estaba sobre ella. Era su mejor amigo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sí, Katia había sido su primer y único amor, y el recuerdo
de aquella noche estrellada fue imposible de olvidar. Nunca se lo había contado
a nadie. Y con el tiempo, no supo cómo, pero lo superó, logrando sentir por
Katia únicamente amistad.</div>
<div class="MsoNormal">
Él mejor que nadie sabía lo que era estar enamorado de la
mujer que está con su mejor amigo. Pero Gael no estaba enamorado, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Una sombra en la arena interrumpió sus pensamientos. Se dio
la vuelta y observó a una chica de tez blanca y cabello rubio. Era Ana.
Rápidamente, se levantó de la toalla y le dio un fuerte abrazo. Hacía mucho
tiempo que no se veían. Ella le dio un beso en la frente y sonrió. Mario la
invitó a que se sentase con él en la toalla, y ella aceptó encantada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué tal con tus tíos?</div>
<div class="MsoNormal">
_Muy bien_ contestó ella con una sonrisa_. Me lo he pasado genial,
pero tenía ganas de volver a veros.</div>
<div class="MsoNormal">
_Yo también tenía ganas de verte.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ambos dejaron ver una sonrisa limpia y sincera.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Y qué tal estos días?_ preguntó Ana mientras se apretaba
más los cordones de la parte de arriba de su biquini negro.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno…Podían haber estado mejor…_ respondió Mario mientras
hacía círculos en la arena con el dedo índice.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ya…Gael, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te lo ha contado?_ él la miró serio.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, me lo ha contado. Y no podéis seguir así. Él se pasó,
mucho. No debió haberte mentido, ni haberte traicionado de esa manera. Pero se
siente muy mal.</div>
<div class="MsoNormal">
_Yo también me sentí muy mal cuando me enteré.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé_ le cogió la mano que estaba apoyada en la toalla_Y
lo siento mucho, pero bastante castigo tiene ya con ese cargo en la conciencia.
Todo el mundo comete errores, Mario. Podía haberte pasado a ti.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A Mario le ofendieron mucho aquellas últimas palabras. Sobre
todo, después de recordar lo que había sucedido hacía tantos años. Lo pasó muy
mal, seguramente mucho peor que Gael, y aún así nunca perjudicó a un amigo
solamente para que se satisficieran sus deseos. Él amaba a Katia en silencio y nunca
se quiso interponer entre ellos dos, aún sabiendo que él no sentía nada por
ella. Retiró su mano de la de Ana, y empezó a tocarse los dedos de su pie
derecho.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Creo que a mí no me hubiera pasado. Pero sí, supongo que
todo el mundo puede cometer un error.</div>
<div class="MsoNormal">
_Eres muy comprensivo, Mario. Me imagino lo que debe de
doler…pero yo creo que deberías perdonarle.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ya…Claro, ¿qué me vas a decir tú?_ dijo con una sonrisa a
medias.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ya._ sonrió._Pero de verdad, Mario, él te quiere muchísimo,
y haría lo que fuera por volver atrás en el tiempo, pero…no se puede.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé_ reflexionó unos instantes sobre la pregunta que
quería hacer a continuación, y finalmente la hizo._ Dime una cosa, ¿él está enamorado de
Carla?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí. Pero todavía no lo sabe.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A la misma hora, muy
cerca de allí…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se sentó en la cama y encendió su portátil. Unos
segundos después de que se iniciase Windows, entró en la página de la
Universidad de Oviedo. Menos mal que tenía wifi en la casa. Si no, tendría que
haber ido a alguna cafetería para preinscribirse en una carrera que ni siquiera
había decidido. Sí, ya estaba publicado en la página que el plazo para la
preinscripción ya estaba abierto. Se quedó observándolo durante unos segundos,
y después cerró la página y entró en tuenti. No tenía nada nuevo. Buscó en la lista de conectados al chat a la persona con la que
quería hablar. Sí, estaba conectada. Raquel era una de sus amigas del
instituto, y aunque no fuese su amiga íntima, era la más empática.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Yo: ¡Hola!</div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Fernández: ¡Carla! ¿Cómo estás? ¿Qué tal por
Alicante?</div>
<div class="MsoNormal">
Yo: Pues bien, ¿vosotras qué tal por ahí?</div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Fernández: ¡Muy bien! Aunque el tiempo es asqueroso,
nada de sol.</div>
<div class="MsoNormal">
Yo: Ya…Asturias y su tiempo.</div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Fernández: Sí… ;) Oye, ¿hiciste ya la preinscripción?
</div>
<div class="MsoNormal">
Yo: No… De eso quería hablar contigo. ¿Tú la hiciste ya?</div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Fernández: Sí, ¡al final me he decidido por psicología!
Me imagino que me cogerán…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A Carla se le iluminaron los ojos al ver el nombre de esa
carrera. Por lo visto, no era ella la única a la que le atraía el estudio de la conducta humana. Cuando se había marchado de Oviedo, Raquel quería hacer
enfermería, por eso se sorprendió al ver aquello.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Yo: ¡Vaya! ¿Y eso? ¿No querías hacer enfermería?</div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Fernández: Sí… pero no creo que valga para eso. Pensé
que me gustaba sólo porque me gusta la biología, pero…¡yo no puedo ver la
sangre! ¿cómo voy a poder poner una inyección?</div>
<div class="MsoNormal">
Yo: Jajaja, sí, eso es verdad. Yo no sé qué hacer Raquel…</div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Fernández: ¿Cómo que no? Entras de sobra en medicina,
tú no te preocupes.</div>
<div class="MsoNormal">
Yo: El problema es que no sé si quiero hacer Medicina.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A Carla le costó mucho escribir esa frase. Era la primera
vez que decía lo que sentía de verdad, lo que quería hacer con su vida. Raquel
tardó unos minutos en contestar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Ferández: ¡¡¡¡¡¡¡¿quééééééééééééééé?!!!!!!! ¡Pero si
siempre has dicho que querías hacerla! Desde pequeñita…</div>
<div class="MsoNormal">
Yo: Lo sé…pero no es lo que quiero. El único que quiere que
la haga es mi padre.</div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Fernández: Vaya… No lo sabía <span style="font-family: Wingdings;">L</span> Entonces… ¿qué quieres hacer?</div>
<div class="MsoNormal">
Yo: La verdad es que estaba pensando en lo mismo que tú…
Psicología o Trabajo Social.</div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Ferández: ¿En serio? ¡Podríamos ir juntas a clase!</div>
<div class="MsoNormal">
Yo: Sí…puede ser. El caso es que no sé qué poner en la
preinscripción.</div>
<div class="MsoNormal">
Raquel Ferández: Carla, la que va a estudiar eres tú, la que vas a trabajar de ello, eres tú. Por lo tanto, la que tiene que decidir
eres tú.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se alegró al ver lo que su amiga le decía. Tenía toda
la razón. Eso era lo mismo que ella pensaba pero que no se atrevía decir. Todos
sus pensamientos traducidos en aquellas palabras, que habían rebotado en su
cabeza, y la habían hecho despertar en aquellos poco segundos, y darse cuenta de que
eso era realmente lo que tenía que hacer.</div>
<div class="MsoNormal">
Le dio las gracias por aquel consejo y se despidió de ella.
Después volvió a entrar en la página de la universidad de Oviedo e hizo la preinscripción.
La primera opción la ocupaba Psicología, la segunda Trabajo Social, y la
tercera…No,no había tercera. Había dejado el resto de opciones en blanco. Por una vez en su
vida, estaba realmente segura de lo que quería hacer y de lo que no quería
hacer.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-88208122728501220862012-06-20T14:12:00.000-07:002012-06-21T04:22:45.727-07:00Capítulo trece.<br />
<div class="MsoNormal">
Gael llevaba unos días sintiéndose muy mal por todo el
asunto de Mario y Carla. Le consolaba que aquella mañana Ana regresara al
pueblo, aunque por poco tiempo, pues después se marcharía a estudiar inglés a
Inglaterra durante un mes. Un mes solo. Completamente solo, pues Mario no
parecía querer perdonarle y no tenía a nadie más. Estaban Inés y Katia, pero no
era lo mismo. No tenía con ellas la misma confianza que con los otros dos.
Además, de Katia tampoco sabía nada desde la tarde en la que se marchó de su
casa.</div>
<div class="MsoNormal">
Cuando llegaron las 14:30 horas, cerró el puesto de helados
y fue directo a la casa de Ana. Tenía muchas ganas de verla y de hablar con
ella. Su amiga vivía enfrente de la cala, muy cerca de la casa de Carla. Cuando
llegó a la casa verde, sintió un escalofrío por todo el cuerpo. Tal vez ella
saliese en ese momento por casualidad. Pero no fue así. Gael pensó que era lo
mejor, tal y como estaban las cosas, se tenía que olvidar de Carla. En pocos
minutos, llegó a la casa de Ana. Era una de las más grandes del pueblo. Llamó
al telefonillo, y desde dentro le abrieron la verja blanca. Aquel jardín
siempre le había gustado. Tenía un camino de piedra que llegaba hasta la
puerta, rodeado de rosales blancos y rojos. Ana abrió la puerta antes de que
Gael tocara el timbre, y se lanzó a sus brazos. Le besó por toda la cara, y él
sonreía y se dejaba besar. Nunca había sido tan cariñoso como su amiga. Ana le
volvió a abrazar, aunque esa vez el abrazo fue más largo e intenso. Ella ya
estaba al corriente de lo que había pasado esos días, y lo sentía mucho por
Gael y por Mario. Siempre habían sido muy buenos amigos, pero confiaba en que
todo se arreglara. Dijo un “pasa” con una sonrisa de oreja a oreja, y él la
hizo caso. Una mujer de cuarenta años con el pelo rizado le esperaba junto a la
puerta de la cocina. Era Teresa, la madre de Ana.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Gael! ¡Cuánto tiempo sin verte!</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Le abrazó y le dio dos besos. Él hizo lo mismo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé. ¿Cómo está?</div>
<div class="MsoNormal">
_Muy bien chico, ¿y tú? ¡Cada día estás más guapo!</div>
<div class="MsoNormal">
_Gracias_ dijo él con una sonrisa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Venga, vamos a arriba, Gael_ dijo Ana.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Subieron las escaleras hasta llegar al dormitorio de Ana.
Era una habitación muy grande, con las paredes pintadas de violeta. La colcha
de la cama también era del mismo color, y sobre ella caían las mosquiteras
blancas. Ana se sentó en el sofá beige que estaba al lado del escritorio, y
Gael hizo lo mismo. Ana cogió las manos de su amigo, y le volvió a dar un beso
en la mejilla. Él le dio otro a ella.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Lo siento mucho, cielo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé_ Gael sonrió y la abrazó con fuerza.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Sabes ya algo de Mario?</div>
<div class="MsoNormal">
_No_ dejaron de abrazarse y se miraron a los ojos_. No le he
vuelto a ver desde el martes.</div>
<div class="MsoNormal">
_Voy a hablar con él.</div>
<div class="MsoNormal">
_No, Ana, no. Es asunto nuestro.</div>
<div class="MsoNormal">
_Quiero que lo solucionéis ya. No tiene sentido. Sois dos
buenos amigos.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, pero le he traicionado.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ana agachó la cabeza. Sabía que Gael tenía un poco de razón,
pero no quería hundirle más. Volvió a mirar aquellos ojos verdes con los que
soñaba de pequeña.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, él también tiene que entender que Carla te guste.
Aunque ya sé que eso no justifica lo que has hecho. Te gusta mucho, ¿verdad?_
dijo con una sonrisa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí. Es raro. Nunca me había comportado así. Nunca había
sentido celos, y el otro día me comporté como un… paranoico. No sé si me gusta,
o es que estoy fuera de si.</div>
<div class="MsoNormal">
_Yo creo que te gusta_ le tocó con su mano la mejilla._ Y
seguro a que a ella también le gustas.</div>
<div class="MsoNormal">
_Que va, me odia. La verdad es que le toqué un poco las narices,
pero…eso con las tías siempre funciona.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ana reflexionó sobre aquellas palabras.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Tienes algo de razón, sí. Nos gusta que nos hagan sufrir. Y
seguro que ella está pensando en por qué no le tocas las narices de nuevo.</div>
<div class="MsoNormal">
_No lo sé, pero, ¿qué más da? Lo principal ahora es Mario.
Tengo que solucionar las cosas con él.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí. Y yo te voy a ayudar. Pero ahora vamos a distraernos un
poco, que ya está bien de que te tortures. ¿Comemos y nos vamos a la cala?</div>
<div class="MsoNormal">
_Claro_ contestó sonriente. La verdad es que tenía ganas de
divertirse algo y alejar de su cabeza aquel sentimiento de culpabilidad.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un tiempo después, en
otro lugar…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
Carla cogía el móvil, lo desbloqueaba, y lo volvía a posar
sobre la mesita de noche. Tal vez no le sonara la melodía de los mensajes y las llamadas.
Pero no era así. No tenía nada nuevo en el móvil. Nada de Mario. No sabía nada de él
desde que le había mandado aquel mensaje diciendo que no podía quedar unos días
antes. Ya había aclarado más o menos sus sentimientos, y sabía que no era amor,
pero le apetecía verle. Se lo pasaba muy bien con él y era la única persona por
la que había sentido aquella atracción sexual que le había hecho llegar hasta
donde ella no podía imaginar. Pero sin alcanzar el final. Eso era lo que estaba
esperando ella, ese final. Era algo tan impropio en Carla. Siempre había
esperado al chico adecuado y al momento adecuado; sin embargo en aquellos días
habían cambiado muchas cosas. Se dejaba llevar. Sentía que lo quería hacer y
aunque su cabeza en ocasiones le dijera que parara, ella no la hacía caso. Y se
sentía feliz así.</div>
<div class="MsoNormal">
Todo aquello le había hecho olvidar su problema
principal: decidir qué hacer respecto a sus estudios. El día siguiente
comenzaba el plazo para la prescripción. Si elegía Medicina como primera
opción, la aceptaban, y se matriculaba no podría volver atrás. Deseaba que no
la aceptaran, así podría elegir la segunda opción, y su familia no podría
decirle nada. Pero no, aquello era algo difícil. Se sacarían listas cada
semana, y si no entraba en Medicina en la primera, podría hacerlo en la
segunda, o en la tercera… Sus padres la mandarían esperar, y así podría perder
su plaza en la segunda opción, en la que estaba segura que la aceptarían, pues
la nota de corte era mucho menor. En realidad, dudaba entre dos segundas
opciones, aunque a ella le gustaría que aparecieran en su lista de prescripción antes que medicina . Eran
Psicología o Trabajo social. Una de esas dos. Para cualquiera de ellas, tenía nota suficiente. Quería ayudar a los demás, darles
toda su atención, solucionar los problemas de la sociedad. Sí, eso era lo que
quería hacer. Nunca se lo había contado a nadie. Si su padre se enterara…
siempre dijo que esas profesiones no tenían futuro. Y tal vez fuera verdad, pero
ella sabía que la harían feliz.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Observó la cala a través del ventanal, y algo detuvo aquel
diálogo mental que estaba teniendo con ella misma. Confusión. Era Gael echado
en su toalla boca arriba. Estaba con una chica que daba saltitos a su
alrededor. Después se tiró encima de él, y le empezó a hacer cosquillas. Un poco después, comenzó a correr por la arena, y él la siguió, hasta llegar junto a ella y rodearle la cintura con sus brazos. Se abrazaron y ella le dio un beso. ¿Pero dónde se lo
había dado? ¿En la boca? ¿En la mejilla? Desde aquella distancia no lo podía ver
bien. Lo que estaba claro es que tenían mucha complicidad. Tal vez estuvieran
juntos. Ella era una chica muy guapa. No le podía ver la cara pero tenía muy
buen cuerpo, de eso no cabía duda. En ese momento, Carla deseó ser aquella
chica, pero no supo por qué. Cuando Gael y aquella chica rubia se volvieron
abrazar y sintió una punzada en el pecho, entonces creyó haber encontrado el por qué. Y no le
gustaba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-22703961317340472752012-06-19T14:43:00.000-07:002012-06-19T14:46:13.886-07:00Capítulo doce.<br />
<div class="MsoNormal">
_Tú dirás tío.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario estaba algo confundido. Aquella llegada de Gael tan
inesperada, verle tan serio… Ese “Tenemos que hablar”, lo que siempre se dice
cuando hay que dar una mala noticia, o cuando dejas a alguien. A Mario le
tranquilizó que nadie le fuera a dejar, pero entonces, ¿qué mala noticia
tendría que darle su mejor amigo? Mario se sentó en otro sillón, y se giró
hacia él para escucharle con toda su atención. Gael intentaba encontrar las
primeras palabras; no sabía si ir directo al grano, o si decirlo con muchos rodeos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Te he mentido, Mario_ decidió quedarse con la primera
opción.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Me has mentido? ¿Respecto a qué?_ Mario se extrañó de que
lo que le tuviera que decir fuera aquello. Pensó que probablemente la mentira
apenas tendría importancia, pero pronto comprobó que se equivocaba.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ayer no estaba mal por Katia. Todo lo que te dije ayer no
era verdad.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Pero cómo que no? ¿Por qué?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario no entendía nada. ¿Por qué le iba a mentir sobre sus
sentimientos? Siempre habían sido sinceros el uno con el otro. En ese instante
recordó aquella mañana en la que había ido a visitar a Katia al trabajo. Mierda.
Le había contado una mentira también a ella, pero no a propósito, desde luego.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Lo hice porque sabía que estabas con Carla, y no quería que
te acostaras con ella</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael dijo aquella frase sin mirarle a la cara. Observaba los
numerosos círculos dibujados en la alfombra. Mario se levantó del sillón y dio
unos pequeños pasos antes de situarse delante de Gael. Éste se levantó también,
quería hablar con Mario a la misma altura, aunque en ese momento sintió que
no le llegaba ni a la suela de los zapatos. Mario le miró a los ojos, y Gael
también lo hizo. Para este último, aquello fue peor que recibir mil insultos.
Le había fallado. Le había traicionado ¿Cómo había podido hacerlo? ¿No le iba a
decir nada? ¿No le iba a insultar? ¿No le iba a pegar? ¿No iban a discutir?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_ Nunca pensé que llegaras a ser tan egoísta y mentiroso_
dijo casi en un susurro.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé. Yo tampoco pensé nunca que pudiera hacer esto. Estoy
muy arrepentido.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario observó los ojos de Gael. Decían la verdad, no como la
tarde anterior. Mario dio unos paseos por la habitación, y volvió a mirar a su
amigo, aunque en aquel momento, ni siquiera sabía si era su amigo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Por qué lo has hecho?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario formuló aquella pregunta, pero creía adivinar la
respuesta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Me gusta Carla.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sí, Mario no se había equivocado.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Te gusta Carla…Ya.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué quieres decir con ese “ya”?</div>
<div class="MsoNormal">
_Nada. Sólo que vaya casualidad, ¿no? Toda la vida te has
quedado tú con las chicas. A mí nunca me han mirado, excepto para preguntarte
tu nombre. Y ahora, que al fin estoy con alguien que merece la pena, a ti te
gusta. ¿No te parece una casualidad? Eres un caprichoso, Gael. Sólo quieres lo
que no tienes.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael agachó la cabeza. Mario tenía razón en todo lo que
había dicho. No tenía excusa. Se había comportado como una persona egoísta y
caprichosa, como lo haría un mal amigo. Se aproximó a Mario. Tenía que pedirle
perdón. Tenía que decirle que sabía que lo había hecho mal, y que no lo
volvería a hacer.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Mario. Lo siento muchísimo, de verdad. No me siento nada
bien con todo lo que hecho. Y si pudiera volver atrás, no lo volvería hacer. Sigues
siendo mi mejor amigo, y entiendo que no confíes en mí ya, pero por favor,
intenta perdonarme. Me comporté muy mal. No sé tío, me entraron celos, no lo
pude evitar. Fue un impulso. Sé que no es excusa pero…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael no sabía qué mas decir. Mario observaba aquellos ojos
verdes que pedían perdón, pero él no quería ni podía perdonarle, ni siquiera le había dado tiempo a asimilar todo lo que se había hablado en aquella salita. Necesitaba tiempo para pensar. No estaba bien tomar las decisiones en
caliente. Necesitaba ver las cosas desde lejos, y pensarlas en frío. Sí, eso
era lo que necesitaba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Gael, déjame solo, por favor. Necesito pensar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael asintió, y sin decir nada, salió de la casa de Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Unas horas más tarde,
en otro lugar…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
Carla había llegado a casa después de pasar un día en
Alicante con sus padres. Habían comprado varios recuerdos para llevar a su
familia y amigos de Asturias, y ella se había comprado un conjunto de ropa interior
en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Women’ Secret</i>. Necesitaba algo
nuevo y bonito para su siguiente encuentro con Mario, sólo por si acaso. Le
temblaron las piernas sólo de pensarlo, y sonrió. Observó su móvil conectado al
cargador en uno de los enchufes de su dormitorio. La batería estaba cargada así
que lo desenchufó. Tenía un mensaje, de Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
“Hola Carla. Mañana tampoco podemos vernos. Me ha surgido un
compromiso. Ya te llamaré”</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Se lo había enviado a las 19:30 horas. Carla se llevó una
decepción al leerlo. Además, le notaba algo extraño, aunque eso en un mensaje
tampoco se podía saber con certeza. Pero normalmente, era mucho más cariñoso
con sus mensajes. Siempre se despedía con “Un beso princesa”, o saludaba con “Hola cielo”. Sin
embargo, aquel mensaje había sido mucho más frío.</div>
<div class="MsoNormal">
Se tumbó en la cama, y encendió su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ipod. </i>Sonaba “Otro día más sin verte” de Jon Secada. “Vaya, qué
bien me viene esto” pensó Carla. Mientras escuchaba aquella letra, comenzó a
pensar en lo que Mario realmente significaba para ella. ¿Era amor o sólo atracción? Sin duda, sentía mucha atracción sexual hacia él,
pero había algo más. Él le gustaba, se sentía muy bien cuando estaban juntos. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Ya me es imposible soportar otro día más
sin verte. Ven, dame una razón…”</i> En
ese momento, pensó en cuál sería el compromiso que le había surgido a Mario.
Tal vez fuera otra chica. Pensó que se sentiría incómoda ante aquella idea como
le había pasado en otras ocasiones cuando estaba con algún chico, pero esa
vez no fue así. No sintió nada, y entonces se dio cuenta de que aquello no era amor.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-17422597290027590152012-06-18T16:20:00.000-07:002012-06-18T16:22:30.322-07:00Capítulo once.<br />
<div class="MsoNormal">
_Te echo de menos, Ana.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael hablaba con su amiga Ana desde el salón de su casa.
Ella estaba pasando unos días en la casa de sus tíos de Valencia. Siempre habían sido muy buenos
amigos, desde los cuatro años, pero su amistad se reforzó cuando se hicieron
novios en sexto de primaria. Gael aun recordaba la carta que le había
escrito y la sonrisa de aquella niña con dos trenzas al leerla. Se habían dado
su primer beso juntos, y mantenían recuerdos muy bonitos de aquella historia
inocente. Desde ese momento, siempre mantuvieron un vínculo muy especial, y se
contaban cualquier anécdota, por muy insignificante que fuera.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Yo también, cielo. Tengo muchas ganas de verte.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cuándo vuelves?_ preguntó Gael mientras acariciaba el
borde del mueble de la televisión.</div>
<div class="MsoNormal">
_El jueves ya.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te lo estás pasando bien?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, mucho. Te tengo muchas cosas que contar. He conocido a
mucha gente, y bueno también a un chico.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael sonrió al escuchar aquello.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Un chico? ¿Algo serio?</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues claro, yo no soy como tú_ se burló Ana_. Y tú, ¿qué?
¿Qué tal con Katia? ¿Alguna novedad?</div>
<div class="MsoNormal">
_La verdad es que ya no estoy con ella…Ahora hay otro asunto…</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Otro asunto?_ Ana parecía sorprendida_ Dime, ¿de qué se
trata?</div>
<div class="MsoNormal">
_Ha llegado aquí una chica nueva, y bueno me gusta… Pero no
sabes lo mal que me he portado con Mario…</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Con Mario? ¿Pero qué tiene que ver Mario con esa chica?</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues verás es que él…_Gael no acabó la frase al escuchar el
timbre de la puerta_. Ana, están llamando a la puerta, te tengo que dejar.</div>
<div class="MsoNormal">
_Jolín, qué casualidad. Venga, vale, pero llámame en cuanto
puedas. ¡Me he quedado muy intrigada!</div>
<div class="MsoNormal">
_Claro. Pásalo muy bien. Te quiero cangrejita.</div>
<div class="MsoNormal">
_Yo también te quiero mongolin. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael colgó el teléfono con una sonrisa por haber hablado con
su amiga, pero también algo decepcionado, por no haber podido contarle todos
los remordimientos de conciencia que tenía. Cuando abrió la puerta, se llevo
una gran sorpresa. Era Katia. Estaba realmente guapa. Se había alisado el
cabello, y llevaba un top negro muy ceñido que resaltaba sus pechos. Además,
había algo en ella distinto, algo que iluminaba su rostro, sus ojos, su sonrisa…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Puedo pasar?_ preguntó ella con timidez.</div>
<div class="MsoNormal">
_Claro, no te esperaba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Se sentó en el sofá del salón, y Gael también lo hizo, a varios centímetros de distancia, para evitar situaciones incómodas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Estaba hablando ahora con Ana.</div>
<div class="MsoNormal">
_Oh_ su expresión cambió, y se puso seria._ Vaya, ¿y cómo
está?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A pesar de haber formado el mismo grupo desde que eran
pequeñas, a Katia desde hacía años no le caía bien Ana. Tal vez fuera por ese vínculo
tan peculiar que tenía con Gael. Siempre había sentido celos de ella, porque
sabía que él la quería, tal vez sólo como su mejor amiga, pero la quería más
que a ella, y no podía evitar sentir cierta envidia.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Bien. Llega el jueves ya_ contestó Gael con una sonrisa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, Gael, verás, yo he venido a hablarte de lo que pasó
el viernes_ dijo Katia con decisión, algo poco habitual en ella.</div>
<div class="MsoNormal">
_Oh, dime_ Gael no entendía por qué quería volver a hablar
de aquello.</div>
<div class="MsoNormal">
_A mi me gustas mucho, Gael_ se atrevió a decir, después de
muchos ensayos delante del espejo de su tocador._ Y sé que tú echas de menos
estar conmigo, y que también te gusto.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael empezó a comprenderlo todo. Las ideas le vinieron a la
mente de golpe. Mario. La conversación que habían tenido en aquel mismo lugar
la tarde anterior. Le había dicho que estaba muy mal porque echaba de menos a
Katia, y que aunque no quería más, le gustaría volver a estar donde estaban. Y
le había dicho que no contara nada, pero por lo visto él no le hizo mucho caso.
No tenía derecho a molestarse, él se había portado mucho peor. Intentó inventarse
otra mentira más, pero no encontró ninguna. El arte de mentir sólo lo tenían ciertas personas, y el no era una de ellas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Mario, ¿verdad?_ dijo finalmente con una sonrisa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Oh, no, Mario no me ha dicho nada…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael comprendió que Katia tampoco era una de esas personas
que sabían mentir.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Eh, no pasa nada. No me voy a enfadar con él_ la
tranquilizó.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, de todos modos, no tenemos que hablar de él. La
cuestión es que te gusto, y me gustas, y que si los dos echamos de menos lo que
teníamos antes, no veo por qué no podemos seguir haciéndolo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael se quedó sin palabras. No sabía qué decir. ¿Cómo le iba
a contar que todo lo que le había dicho a Mario era mentira, que sólo había
sido una excusa para que no se acostara con Carla? Katia se aproximó a él con
una sonrisa, y empezó a besarle suavemente el cuello. Gael no podía seguir con
todo aquello, no podía tener tantos cargos en su conciencia. Debía zanjar el
asunto. Apartó su cuello de los labios de Katia y la miró serio. Ella estaba
desconcertada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Katia, lo siento de veras, pero no…</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo que no? No te entiendo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ya, es normal que no me entiendas. Verás lo que te dijo
Mario fue un…malentendido.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Un malentendido? ¿Todo lo que me dijo fue un
malentendido?_ Katia había comenzado a gritar, pero no se dio cuenta.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí…verás, es que yo no he sido del todo sincero con Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Pero por qué? Si sois amigos.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, eso es algo difícil de explicar, y es asunto
nuestro.</div>
<div class="MsoNormal">
_¡No es asunto vuestro! ¡También me incumbe a mí!_ Katia se
había levantado del sofá y miraba a Gael con una mezcla de enfado, depeción y
confusión.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo siento, Katia. De verdad que lo siento.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Las palabras de Gael fueron sinceras, pero Katia no dijo
nada. Se marchó de aquella casa con un portazo, antes de derramar la primera
lágrima de muchas. Fue un llanto de amor no correspondido, de sentir que habían insultado su inteligencia. ¿Un malentendido? Se estaba riendo de ella.</div>
<div class="MsoNormal">
Gael siguió sentado en el sofá y suspiró, intentando
llevarse con aquel suspiro todos los errores que había cometido, pero aquello
no sucedió. Entonces se dio cuenta de que había llegado el momento de contarle toda la verdad a Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un poco después, en
otro lugar…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
“Lo siento Mario. Hoy no podemos vernos. Mis padres quieren
ir a Alicante esta tarde y me llevan con ellos. Pero mañana podemos vernos, si
tú quieres… Tengo muchas ganas de estar contigo. Un beso.”</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ese era el mensaje que le había mandado Carla a las 15:21
horas. Parecía que siempre había algo que estropeaba sus quedadas. La tarde
anterior había sido Gael y aquel día ni siquiera podían quedar. Siempre había
algo. Gael. Estaba contento por su amigo. Creyó que decírselo a Katia era lo
mejor que podía hacer, así serían felices los dos. </div>
<div class="MsoNormal">
Pensó en ir a la cala aquella tarde, pero las nubes grises habían cubierto el cielo azul que se veía casi todos los
días. Seguramente caería una tormenta. Finalmente se sentó en el sofá de la
salita, y encendió el televisor. Se encontró con “El Secreto de Puente Viejo” y
decidió quedarse viéndolo. Su tía estaba enganchada a aquella serie. Poco
después de que empezara a entender un poco el argumento, llamaron a
la puerta. Era Gael. Mario sonrió.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Hola! ¡No esperaba verte hoy! ¿Has visto que mierda de día
hace?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael ignoró aquellas palabras y se sentó en el mismo sillón
donde había estado Mario segundos antes. Cogió el mando y apagó el televisor.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Mario, tenemos que hablar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-38699413526444007872012-06-17T15:49:00.002-07:002012-06-18T08:41:41.529-07:00Capítulo diez.<br />
<div class="MsoNormal">
Sólo quedaba media hora para que Katia saliera de trabajar.
Una joven entró en el comercio y Katia la atendió con una sonrisa. Observó el
mal aspecto de su cabello; tener el pelo negro y teñirse de rubio platino
estaba claro que no era una buena idea. Katia enseguida la miró a los ojos. Esa
era una de las reglas de cómo atender a los clientes, se la habían enseñado en
el curso de formación que le habían exigido para trabajar en la tienda.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Buenas tardes. ¿Qué desea?</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno… la verdad es que sólo quería mirar.</div>
<div class="MsoNormal">
_Muy bien. Si tiene alguna duda, no dude en hablar conmigo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia siguió
manteniendo su sonrisa falsa. La mujer con dos colores de cabello también
sonrió. “Sólo quiero mirar…” Cuántas veces lo había dicho ella en otras
tiendas, y sin embargo, no le había empezado a molestar esa frase hasta que la
repetían el noventa por ciento de las personas que entraban en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sugar.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
Comenzó a doblar las camisetas de mujer que estaban
desorganizadas en los estantes. Una voz conocida interrumpió su trabajo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Katia.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Era Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Mario! ¿Qué haces tú aquí? Nunca vienes a verme…_ Katia se
sorprendió por aquel gesto de su amigo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, la verdad es que quería hablar contigo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya…¿ Ha pasado algo grave?_ Katia siempre se ponía en lo
peor.</div>
<div class="MsoNormal">
_No, no._ la tranquilizó con una sonrisa._ No es nada malo.
¿Tienes algo de tiempo ahora?</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, si no te importa que mientras hablemos siga doblando
camisetas…</div>
<div class="MsoNormal">
_No, no me importa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, pues dime_ dijo ella mirándole a los ojos.</div>
<div class="MsoNormal">
_He estado con Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia bajó la mirada y comenzó a doblar una camiseta de
tirantes roja.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ah.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Y hemos hablado de ti. _ añadió él.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario esperó que Katia dijera algo, pero aquello no ocurrió,
así que continuó hablando.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, en realidad yo no debería estar aquí. Me ha dicho
que no te dijera nada, pero sé lo que sientes.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Y qué siento?_ preguntó ella seria, volviendo a fijar la
mirada en sus ojos marrones.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues sientes que darías cualquier cosa por estar con él. Tú
le quieres_ él también la miró.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia se sonrojó, y sin saber qué decir, volvió a estirar la
camiseta que ya había doblado.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Eh, Katia. No pasa nada, mírame_ el tocó la mejilla de
ella, y Katia volvió a mirarle.</div>
<div class="MsoNormal">
_Puede que tengas razón, pero, ¿acaso importa? Él nunca
querrá conmigo lo mismo que yo quiero con él.</div>
<div class="MsoNormal">
_Eso no está claro.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A Katia le brillaron los ojos de esperanza. Si Mario le
había dicho eso era porque sabía algo. Su amigo no era de los que metían
cizaña.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿A qué te refieres?_ intentó mostrar indiferencia, pero sus ojos y sonrisa la delataron.</div>
<div class="MsoNormal">
_Está hecho polvo. Ayer me llamó porque necesitaba hablar
del tema. Se arrepiente de haberse portado así contigo, Katia. Echa de menos
que os veáis, que os acostéis… Y no me dijo que quisiera más de lo que hubo
entre vosotros, pero te voy a decir una cosa, si Gael se pone triste por una
chica, es que ella le gusta mucho. De verdad, nunca le había visto así.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia volvió a estirar la camiseta que había doblado por
segunda vez, y corrió a los brazos de su amigo. Fue un abrazo amistoso y
sincero, de los que se dan por alegría y no como forma de consolación.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Ay, Mario. ¡Muchas gracias por decírmelo! No me quiero
hacer demasiadas ilusiones, pero esto es la mejor noticia que me han dado en
los últimos días_ dijo emocionada una vez finalizado el abrazo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, lo que te voy a pedir por favor, es que no le digas
nada a Gael de que te lo he dicho. No quiero que piense que le he fallado. Tú
habla con él, vuélvele a proponer que os sigáis viendo, él no te va a decir que
no.</div>
<div class="MsoNormal">
_No te preocupes Mario, no diré nada, pero lo que no
entiendo es porque no me lo dice él, no es tímido precisamente.</div>
<div class="MsoNormal">
_No, no lo es, pero…está acojonado Katia. Es la primera vez
que siente esto.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia sonrió aún más al escuchar aquello, y esa mañana ni siquiera le importó que la chica del pelo a dos colores no hubiera comprado nada. Estaba
feliz.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A la misma hora, en
otro lugar…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
La familia Díaz comía en el comedor. Ese mediodía había
macarrones con tomate. Carla pinchaba los macarrones con el tenedor y los
llevaba a la boca con una sonrisa, sin escuchar la conversación que estaban
teniendo sus padres, abstraída de todo aquello que no estuviera en sus
pensamientos, de todo aquello que no fuera Mario. Recordaba la tarde anterior
en su casa, todo lo que había llegado a hacer, lo que nunca se había imaginado
que podría llegar a hacer. Con Mario todo era fácil, diferente. Mantenían una
atracción irrefrenable, y una complicidad que nunca había experimentado. Todo
era nuevo, pero por primera vez en su vida, la novedad le gustaba. Le gustaba
el sexo, o el comienzo de éste, y aunque sus pensamientos a veces discutían
entre sí sobre qué estaba bien y qué estaba mal, lo a gusto que se sentía
cuando estaba con Mario, hacía que mereciesen la pena todas las batallas que tenía en su
cabeza. Aquella tarde había estado a punto de… Si no hubiera sonado el móvil…
Gael, ¿por qué siempre tenía que aparecer por algún sitio? Ese chico estaba
empeñado en fastidiarla. Pero en el fondo, le gustaba que lo hiciera, aunque no
sabía por qué.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Carla, aún no nos has dicho qué hiciste con aquel chico
hasta las tres de la mañana_ dijo su padre con el ceño fruncido, recordando la noche del domingo en la que Mario había ido a buscar a Carla a casa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ya te lo dije papá, vimos a unos amigos, y nos quedamos con
ellos.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ya_ contestó él sin creerse una palabra, pero enseguida
recordó otro tema más importante_ Acuérdate de que el plazo para la prescripción
empieza el viernes.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, papá. Pero aún es martes.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, para que no se te olvida. No querrás quedarte sin
plaza en medicina, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla no contestó y siguió comiendo los últimos macarrones.
Medicina, medicina, medicina. Estaba harta de escuchar aquella palabra. No
tenía claro qué iba a hacer con su futuro académico y profesional, y su padre
no se lo estaba poniendo nada fácil. El plazo de preinscripción duraba cuatro
días, así que tenía una semana para decidirse. Una semana para decidir qué quería hacer con su vida.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-4870176288230494592012-06-15T17:44:00.002-07:002012-06-21T14:55:20.432-07:00Capítulo nueve.<br />
<div class="MsoNormal">
Mario la empujó contra la pared del pasillo, y la acorraló
con sus brazos. Ella se sorprendió por aquel movimiento de pasión, pero le
siguió el juego enseguida. Mario comenzó a lamer su cuello, mientras ella mordía
el lóbulo de su oreja. Él palpó su piel por debajo de su camiseta, mientras la
besaba dulcemente en los labios. El beso se hacía más apasionado a medida que
sus manos llegaban al borde del sujetador; después comenzó a tocar sus pechos.
Los dos gimieron de placer. Las camisetas de ambos pronto aparecieron en el
suelo. Él agarró el trasero de ella con las manos, primero por encima de su
falda azul turquesa, y después por debajo. Después la desabotonó y cayó debajo
de sus pies. Se siguieron besando a medida que se movían y subían las escaleras
hasta llegar al dormitorio de Mario. Carla ni siquiera observó aquel lugar en
el que nunca había estado, y se dejó tirar por Mario en la colcha de terciopelo que
cubría la cama. Mario se echó encima de ella y comenzó a lamer su pecho,
mientras intentaba encontrar el cierre del sujetador. Ella lo abrió y lanzó el
sujetador negro al suelo. Él volvió a lamer sus pechos, más detenidamente, dando
pequeños mordiscos en sus pezones mientras ella gemía por la combinación de
aquel dolor y placer. Sin pensarlo dos veces, ella desabotonó sus vaqueros,
mientras él la ayudaba a quitárselos, quedándose solo con unos bóxer de color
verde. Pronto, cambiaron la postura, situándose ella arriba y él abajo. Ella
comenzó a montar a horcajadas sobre él, mientras los dos se mordían su labio
inferior en señal de placer. Ella comenzó a lamer su cuello, hasta llegar al
borde de los calzoncillos. Levantó con sus dedos la goma elástica, y su lengua
comenzó a explorar aquel territorio desconocido. Se sorprendió a si misma al
quitarle los bóxer y arrojarlos al suelo, al lado de su sujetador. Tocó su pene
erecto con suaves movimientos de arriba-abajo, mientras introducía su lengua en
su boca.</div>
<div class="MsoNormal">
Y en aquel mismo instante, comenzó a sonar el móvil de Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Unos minutos antes en
otro lugar…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
Carla había ido a ver a Mario, y aquella tarde los padres de
Mario se iban a Alicante a comprar una nueva estantería para el salón. Al menos
eso fue lo que él le había contado el
día anterior. ¿Mario tendría la intención de acostarse con ella aquella misma
tarde? Bueno, tal vez, pero Carla no se dejaría. Al menos eso creía Gael. No la
conocía mucho, pero era muy transparente, no era la clase de mujer que se
acostaría con un chico al día siguiente de besarlo por primera vez. ¿O tal vez
sí? Aquellas dudas atormentaban a Gael, quien todavía se preguntaba el motivo de
aquel sentimiento que había comenzado a
desatarse en su interior. Y si se la tiraba, ¿qué? Tampoco pasaba nada. Había muchas
otras chicas por el mundo. ¿Por qué justamente se había tenido que encaprichar
de Carla? La respuesta la escuchó enseguida en sus pensamientos: porque no la
podía tener. No la podía tener porque Mario era su mejor amigo y no lo podía
traicionar, y menos por aquella chiquillada. Lo más probable, dado su
historial, era que se la tirara y después se olvidara de ella, y entonces se
arrepentiría de haberle fallado a su amigo por aquella tontería. ¿O no era una
tontería? ¿Carla significa más para él que eso? La respuesta esta vez también llegó de manera clara y rápida a su
cabeza: sí. ¿Por qué? Eso ya no lo sabía, pero con Carla no quería follar una sola vez, con Carla quería hacer el amor cada noche, hacerla enfadar
y después pedirle perdón. Eso era lo que quería.</div>
<div class="MsoNormal">
Sin pensar más, cogió su móvil y buscó en la agenda el
número de Mario. Pulsó el botón verde y esperó a que sonaran cinco toques,
después saltó el buzón de voz. Volvió a hacer la misma operación y el resultado
fue el mismo. Con pocas esperanzas, lo intentó una última vez.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué?_gritó Mario al otro lado de la línea.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sus dudas se resolvieron en aquel instante. Si Mario había
contestado así, significaba que estaba ocupado, y si estaba ocupado era porque…No,
no quería imaginarlo. Debía pensar rápido. Debía encontrar una excusa para que no
pasara lo que iba a pasar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Hola tío. ¿Nos podemos ver ahora?</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Ahora?_ repitió Mario con un tono de voz más alto.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, es que tengo que hablar contigo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno Gael pues
hablamos otro día. Ahora estoy ocupado… Te tengo que dejar…</div>
<div class="MsoNormal">
_¡No! ¡Espera! Es importante.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué pasó?_Mario comenzó a preocuparse.</div>
<div class="MsoNormal">
_Me siento muy mal por lo de Katia_ fue lo primero que se le
ocurrió decir_ Creo que debería arreglarlo con ella.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
¿Gael preocupado por una chica? Mario no daba crédito a lo
que estaba escuchando. Pensó realmente en ir, pero giró la cabeza y vio a una chica sin
sujetador esperándole en la cama.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿No lo podemos hablar mañana? </div>
<div class="MsoNormal">
_No, por favor. Ahora.</div>
<div class="MsoNormal">
_Está bien. Voy ahora a tu casa_ suspiró Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
_Muchas gracias Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael colgó y pronto comenzó a sentirse como una rata
miserable. Había mentido a su mejor amigo para que no se acostara con la chica
que a él le gustaba. Había puesto como excusa a Katia para evitar lo que él no
podía ni imaginar. Sí, definitivamente Carla era alguien importante para él,
alguien que le había convertido en un ser egoísta y mentiroso.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-45003500258977018832012-06-15T08:40:00.002-07:002012-07-05T17:38:03.839-07:00Capítulo ocho.<br />
<div class="MsoNormal">
Se sentaron en uno de los bancos que se encontraban en la
plaza. Abrieron sus bolsas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Doritos </i>que
acababan de comprar en el quiosco de enfrente, y empezaron a comer en silencio.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo estás?_ Inés giró la cabeza y observó a Katia.</div>
<div class="MsoNormal">
_He tenido días mejores_ contestó ella contemplando las
cáscaras de pipas que alguien había tirado en el suelo.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Por qué no hablas con él? A lo mejor ha cambiado de opinión.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia fijó su mirada
en los ojos azules de Inés, mientras ésta observaba la palidez del rostro de su
amiga, que destacaba las ojeras que se habían originado debido a varias noches de
insomnio.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No, Inés. No ha cambiado de opinión. Él nunca me ha
querido, ¿quieres que le pida que me siga utilizando sólo para el sexo? No lo
voy a hacer, no me lo voy a hacer a mí misma.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Inés reflexionó sobre las palabras de su amiga. Tenía razón.
Él nunca había sentido lo que desde el primer día había sentido Katia. Gael no
sabía que él había sido el único sabor que Katia había probado. Inés no dijo
nada más, y comió otro dorito. Ellas no necesitaban decir nada para
comprenderse, y aquella tarde en la que el silenció sólo se rompía con el
crujido de los doritos, Inés la había entendido mejor que nunca.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Esa misma tarde, no
muy lejos de allí…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Quieres que nos veamos?_ preguntó Mario con una sonrisa en
los labios.</div>
<div class="MsoNormal">
_¡Sí! Me paso por tu casa dentro de quince minutos, ¿vale?</div>
<div class="MsoNormal">
_Vale, princesa. Nos vemos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
Y colgó.
Princesa. Nunca la habían llamado así. Dio un pequeño grito de alegría, y bajó
corriendo por las escaleras de caracol. Sus padres no estaban allí, habían ido
a pasar el día a la cala. En ese momento, Carla se dio cuenta de que podía
haberle dicho a Mario que fuera a su casa. No, eso era ir demasiado deprisa, y
aunque la noche anterior ya había corrido demasiado rápido, su mente le pedía
un descanso. Lo que había ocurrido aquella noche, le había hecho dudar de si
misma, de sus valores. Siempre había pensado que debía esperar al chico
adecuado para dar ciertos pasos, y sin embargo, sus pies habían caminado muy
deprisa en una sola noche con un chico que acababa de conocer, y que ni
siquiera le gustaba hasta que pasó lo que pasó. Pero ella estaba feliz. Había
superado muchos de sus miedos, de sus temores, en solo unas horas, y se dio
cuenta de que lo que antes era miedo se había transformado en placer. Salió de
casa y se dirigió al hogar de su amante.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
Entonces fue
cuando se encontró al chico que había desaparecido de sus pensamientos durante
unas horas. No supo por qué, pero al ver su rostro, su cuerpo comenzó a
temblar. El chico se detuvo a solo unos centímetros de ella. Carla tenía ante
sus ojos la sonrisa más bonita que había visto nunca.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
_Hola_ se
decidió a decir él.</div>
<div class="MsoNormal">
_Hola Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cómo estás? ¿Sigues enfadada conmigo?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Él le tocó con su mano el hombro derecho, y ella sintió un
escalofrío. Observó sus largos dedos posados en su camiseta rosa. Su madre habría
dicho que aquel muchacho tenía manos de pianista.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No_susurró ella con voz temblorosa.</div>
<div class="MsoNormal">
_Me alegra saber eso_sonrió_¿A dónde vas?</div>
<div class="MsoNormal">
_He quedado con Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael se arrepintió de haber hecho esa pregunta, pero intentó
ocultar aquel sentimiento.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Oh…Ya me ha dicho que entre vosotros ha habido más que
palabras_ le guiñó un ojo, deseando por un instante que fuera Mario el que
hubiera dicho eso refiriéndose a la noche en la que Carla y él habían estado
juntos.</div>
<div class="MsoNormal">
_Ya veo que os lo contáis todo…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se sintió algo molesta, pero no porque Mario lo hubiera contado, sino
porque Gael lo sabía. Entonces recordó la noche en la que estuvo a punto de
besarle. Se sonrojó.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, me tengo que ir. Ya nos veremos, Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí_ se limitó a decir él, mientras su sonrisa desaparecía.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Cuando Carla llamó al timbre de la casa de Mario, se dio
cuenta de que no había pensado en él ni una sola vez durante todo el trayecto.
Sus pensamientos habían estado ocupados por aquel chico con manos de pianista y
sonrisa encantadora. Era extraño que no hubiera dicho nada que la hubiera hecho
rabiar, y lo más extraño fue que a ella
le molestara que no la hubiera sacado de quicio. No entendía nada, y mientras
intentaba solucionar aquella confusión mental, Mario abrió la puerta. La
recibió con una sonrisa.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Pasa. No hay nadie dentro.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla no se dio cuenta del significado de aquellas palabras
hasta que la puerta se cerró.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-26755239464674532072012-06-14T18:59:00.003-07:002012-06-15T06:11:00.395-07:00Capítulo siete.<br />
<div class="MsoNormal">
Un niño de unos siete años, cubierto de pecas por todo el
rostro, se aproximó al puesto de helados. Eran las diez de la mañana, y a esas
horas apenas había cola.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Hola! Dime, ¿Qué helado quieres?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La sonrisa de Gael era igual de encantadora tanto si iba
dirigida a un niño como a alguna de sus conquistas. El niño observó todos los
helados que estaban tras el mostrador. Estiró su labio inferior con el dedo
índice mientras se decidía. Gael siempre era muy paciente con todo el mundo, y
hasta en las situaciones de máxima tensión, conservaba su sonrisa. Siempre se
había desenvuelto muy bien en aquellos trabajos que exigían no perder los nervios y la paciencia.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Quiero un cono grande de fresa…_ dijo el niño, que seguía
observando los distintos sabores_. Bueno, no, casi mejor de fresa y nata.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael sonrió y llenó con una bola de fresa y otra de nata uno
de los conos dobles. Le entregó el helado al niño, pero éste lo miró
desconcertado.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Perdona…Te había dicho un cono de fresa y nata, no un cono
doble de fresa y nata, no quiero dos bolas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael pensó en lo repelentes que se habían vuelto los críos
con el paso de las generaciones. Él no recordaba haber sido así de pequeño; si
le daban aquel helado se alegraría de tener dos bolas de sabores y no sólo una.
Sin embargo, siguió sonriendo, y con toda la amabilidad del mundo le contestó.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Es que no tengo un helado de nata y fresa. Si quieres los
dos sabores, te tengo que poner uno doble. Si quieres uno con una sola bola,
debes elegir uno de los dos sabores.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El niño le miró con desprecio, y después observó con
desagrado el helado. Con toda naturalidad, giró su mano mientras sujetaba el
cono, de tal forma que la fresa y la nata observaron las margaritas que habían
aparecido al final del césped. Después, abrió la mano, y con un sonido débil y
definido, las dos bolas de helado cayeron en el suelo de piedra. Gael no daba
crédito a lo que estaba viendo. El niño le miró con una sonrisa de picardía, y sin
pagar, se volvió a meter en el agua. “Al menos ahora, podría juntar las dos
bolas y hacerse un helado de fresa y nata” pensó Gael. Cogió una de las
servilletas grandes que guardaba en uno de los cajones de su puesto, y recogió
las bolas de helado que habían ya perdido toda su forma redondeada, y después
tiró la servilleta en una de las papeleras que se encontraban en las esquinas
de la piscina. Observó al niño de las pecas hacer una ahogadilla a una niña con
un gorro de baño rosa. ¿Acaso ahora los padres no educarían a sus hijos? Cuando
volvió al puesto de helados, alguien le esperaba, pero por suerte, no se
trataba de un niño de siete años. Era Mario. Su sonrisa era infinita. Gael se
preguntó qué habría pasado para que su amigo apareciera en su trabajo con
aquella cara de felicidad. Pronto, sus dudas fueron resueltas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Tío, tengo que contarte algo muy importante_ solo le faltó
dar saltitos en el aire para demostrar su alegría.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te ha tocado la lotería? Si es eso, ¡sácame de aquí, por
favor!_ dijo Gael, recordando el accidente con aquel diablo.</div>
<div class="MsoNormal">
_No, es mejor que eso_ sus ojos brillaban de una manera especial.
Gael los observaba al otro lado del mostrador, preguntándose si aquella luz en
su mirada se debía al sol o a lo que estaba
a punto de contarle._ ¡Carla y yo nos hemos enrollado!</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael no estaba preparado para escuchar aquello. No se lo
esperaba. Reflexionó sobre lo que había oído, ¿seguro que lo había escuchado
bien? Su sonrisa desapareció, y Mario no comprendía por qué su mejor amigo no
le estaba abrazando, sintiendo la emoción que le había hecho despertarse
cantando aquella mañana, e ir hasta allí sólo para que Gael se alegrara por él.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué pasa tío? ¿No te hace ilusión o qué?_ Mario dejó de sonreír,
y le miró confuso.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, claro_ Gael intentó aparentar normalidad_. Pero… ¿Cómo?
¿Cuándo?</div>
<div class="MsoNormal">
_Anoche. En la cala.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿En la cala? Pero… espera… cuando dices que os enrollasteis…
¿te refieres a follar?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario se rió y tardó unos segundos en contestar. A Gael,
aquellos segundos de incertidumbre le habían parecido siglos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No, pero bueno… nos faltó poco. No llevaba condones así que…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael suspiró
aliviado. No entendía por qué le afectaba tanto. Ya había aceptado que Mario
debía ser el que lo intentara con Carla, pero lo que no se había imaginado es
que ella no se hubiera negado. Mario volvió a la panadería unos minutos
después. Últimamente, había faltado bastante al trabajo y su padre ya le había
advertido que como siguiera así, tendría que buscarse otro empleo. Aquella
mañana pasó muy lenta para Gael, y cuando otro niño con pecas le pidió un
helado de chocolate y vainilla, no le sonrió.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A la misma hora, en
otro lugar…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla sonreía echada en la cama. Observó el techo cubierto
de madera, y le pareció más bonito que nunca. Apenas había dormido esa noche.
Se había acostado a las tres de la mañana, después de que Mario le acompañara a
casa, y se levantó a las ocho. Estaba demasiado emocionada como para dormir.
Quería verle ya. Las tres horas que habían pasado juntos en la cala, habían
sido las más apasionadas de toda su vida. Se había echado sobre la arena
mojada, sintiendo la frescura del agua que llegaba a sus tobillos. Él, echado
encima de ella, besándola como nunca nadie la había besado antes, mordiendo
su labio superior mientras su mano
ascendía por debajo de la camiseta de ella, llegando a rozar su palma con sus
pechos. Sin que ninguno de los dos dijera
nada, él intentó quitarle la camiseta y ella le ayudó a hacerlo incorporándose
hacia arriba. La prenda de color crema cayó en la arena seca, a salvo del agua salada
y de la pasión que se había desatado entre la pareja. Ella también se la quitó
a él, y comenzó a lamer todo su pecho, deteniéndose en cada uno de sus pezones,
que empezaban a ser saboreados por su lengua y mordidos por sus dientes. Él gimió
de placer, y le desabotonó el botón de su short vaquero. Carla siempre había
parado allí a todos los chicos, pero esa vez fue diferente, sintió ganas de
más, sintió ganas de dejarse llevar y hacer todo lo que su cuerpo le dejara,
ignorando los pensamientos que normalmente siempre la hacían parar; aquella
noche esperó a que llegaran, pero sin embargo, no aparecieron. Él le quitó sus
shorts y los lanzó aún más lejos que a la
camiseta color crema. Entre besos, mordiscos, y gemidos, se escapaban sonrisas,
testigos del placer y la felicidad que ambos estaban sintiendo. Acarició sus
piernas desnudas, deteniéndose en el borde de sus braguitas. Él la miró
esperando una respuesta a una pregunta que no había formulado, y ella asintió
con un gemido. Deslizó sus dedos por debajo de la seda, acariciando el comienzo
de su vello púbico. Ella sonrió. La respiración de ambos se hizo cada vez más
rápida mientras la masturbaba. Para Carla, aquello era completamente nuevo.
Había descubierto un mundo nuevo que hasta entonces había estado prohibido.
Había navegado por océanos revueltos, y le gustaba el movimiento de las olas. Había
entrado en su propio jardín del Edén, y aunque aquella noche, no llegó a morder
la manzana, supo que ya estaba preparada para ello. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-69212297050848298902012-06-13T18:47:00.001-07:002012-06-22T09:02:00.420-07:00Capítulo seis.<br />
<div class="MsoNormal">
Katia cogió el móvil que se encontraba encima de su
escritorio, se sentó en la cama, y comenzó a borrar sus mensajes. Desde el
primero hasta el último. Aquellos mensajes de texto no eran de amor, ninguno
terminaba con un “te quiero”, sólo contenían el dónde y el cuándo de sus siguientes encuentros. Katia sintió que se comportaba de una manera muy infantil,
pero no le importó, necesitaba deshacerse de todos los recuerdos que tenía de
él. Habían pasado dos días desde la última noche que le había visto, y aún
escuchaba aquellas palabras que retumbaban en su cabeza una y otra vez: “No
somos una pareja”, “Lo siento”. Katia comenzó a llorar, se echó en la cama y
abrazó fuertemente a Bobi, el perrito que siempre la había acompañado en sus
sueños desde que tenía seis años. Habían pasado cuatro años desde aquella
primera noche que había estado con Gael. Aún podía recordar el olor a agua
salada, el sabor a nuevo y los escalofríos que sintió por todo el cuerpo.
Aquella noche se habían dado su primer beso y se habían acostado por primera
vez; para ella era la primera de todas. Recordaba el aroma de Gael que se perdía en la orilla del mar, mezclado
con el sabor a sal y a arena mojada. Ella no le había dicho a él que nunca
había llegado tan lejos con nadie, y él no se lo preguntó. No sabía si Gael se
había dado cuenta, pero se entregó a él como nunca antes lo había hecho,
sintiendo aquella mezcla de dolor y placer que se extendía por todo su cuerpo, sintiendo la emoción que había llenado sus
ojos de lágrimas, que había dibujado en sus labios una sonrisa, que la había hecho
gemir, morder y alcanzar una felicidad que no conocía.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">No muy lejos de allí…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pensó en ir a verla, pero era demasiado tarde. No podía
dejar de pensar en ella, ni siquiera sabía por qué. Normalmente, no se centraba
en una sola mujer, y nunca tenía solamente a una persona en sus pensamientos,
pero aquella noche todo era diferente. Sus
grandes ojos marrones; la sonrisa que a veces escondía; las ondas de su
cabello castaño, que descendían por todo su rostro, por sus hombros desnudos,
como los tenía aquella tarde en la playa. No la había visto desde la noche en
la que la acompañó a casa, y no conocía el motivo, pero echaba de menos hacerla
rabiar, ver la arruga que se formaba en su nariz cuando se enfadaba. ¿Por qué
pensaba en aquello? A Mario le gustaba, y no la podía tocar. Tal vez por eso,
lo deseara tanto. Como siempre le decía su madre, solo quieres las cosas cuando
no las puedes tener. Sí, probablemente fuera eso, tal vez por eso se estaba
comportando como un niño caprichoso que quería una piruleta que no le iban a comprar.
Una piruleta de fresa, de esas que se tardan en acabar, y que cuando se acaban
dejan un sabor dulce durante mucho tiempo. Sí, él quería su piruleta de fresa,
ya no le interesaban otros sabores de piruletas. En ese momento pensó en Katia.
No había hablado con ella desde aquella misma noche, y no lo pensaba hacer, al
menos no pensaba hablar con ella sobre la relación que tenían, o más bien,
sobre la que ya no tenían. Creía que era mejor así. Si ella quería más, no
podía seguir acostándose con ella, era su amiga, y estaría mal.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A unos metros de ese
mismo lugar…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Carla?_preguntó Mario al otro lado de la línea.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí_ contestó Carla, extrañada de que Mario la llamase a
esas horas. Observó las agujas del despertador; eran las doce de la noche de un
domingo.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te apetece dar una vuelta conmigo?_Mario había hecho esa
misma pregunta varias veces unos minutos
antes de llamarla, pero su voz nunca había sonado tan ahogada como en aquel
momento.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Ahora?_Carla se sorprendió aún más.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pero… ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?</div>
<div class="MsoNormal">
_Tranquila estoy bien_ sonrió, pero Carla no lo notó_. Sólo
me apetecía dar una vuelta contigo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, está bien_ Carla no estaba muy convencida, pero pensó
que a Mario sí le pasaba algo, algo que no le quería contar por teléfono.</div>
<div class="MsoNormal">
_En diez minutos estoy en tu casa.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario colgó, sin esperar respuesta ni despedida. Carla estaba
confusa, ¿a qué venía todo aquello?. Posó el móvil en la mesita de noche, y se
quitó el pijama que se había puesto diez minutos antes. Sacó del armario una
camiseta de color crema y unos shorts, y se vistió. Después se puso las sandalias
negras, y fue al baño, donde se miró en el espejo y se peinó el pelo. Sus padres
estaban en el salón jugando a las cartas. Se sorprendieron al verla bajar por
las escaleras; había dicho que se iba a dormir.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Cariño, ¿no estabas en la cama? ¿Quieres jugar?_ preguntó Amanda con una sonrisa, enseñándole la baraja
de cartas, que aún no estaba repartida entre los dos jugadores.</div>
<div class="MsoNormal">
_No…Es que me voy a dar una vuelta_ Carla se sonrojó sin
saber por qué.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Una vuelta? ¿A estas horas? ¿Con quién?_ preguntó Jaime
frunciendo el ceño.</div>
<div class="MsoNormal">
_Con Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y tras decir aquello, salió de casa. No le importaba que
Mario aún no hubiera llegado o todo lo que su padre pensaba preguntarle en
cuanto atravesara la pared que les separaba. No quería dar explicaciones, y
aunque quisiera, no las sabía, así que no podía darlas. Se sentó en el bordillo
de la acera de enfrente, al lado izquierdo
de una de las ruedas traseras del Ford
Focus. Mario no tardó en llegar. Apareció con una sonrisa, y sin saludar, le
pidió que se levantara. Sugirió dar una vuelta a la orilla del mar, y Carla
aceptó. La cala tan solo estaba a unos minutos de la casa, y aquella noche sólo
se escuchaba el sonido del mar. Mario se descalzó , dejó sus playeros en una plataforma de piedra, donde finalizaban los escalones por los que se descendía para llegar a la cala, y comenzó a caminar por la
arena seca. Carla hizo lo mismo. Ninguno de los dos dijo nada . Mario se
aproximó más a la orilla y ella le siguió. Se sentaron en la arena en silencio,
sin importarles que sus pantalones se mancharan de arena o se mojaran por el agua
que se aproximaba a sus pies lentamente. Miraron el mar, y siguieron unos
minutos callados. Ninguno de los dos se sintió incómodo con aquel silencio.
Carla esperaba a que Mario dijera algo, pero le resultaba agradable estar
con alguien por la noche en la cala escuchando sólo el sonido del mar que se
acercaba y alejaba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Te preguntarás por qué te he llamado_ Mario giró la cabeza
y la miró.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí_ ella también lo miró.</div>
<div class="MsoNormal">
_ Creo que ninguna persona en estos tiempos que corren
quedaría con una chica para caminar a la orilla del mar, sólo para decirle por
primera vez lo que quiero decirte a ti ahora.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla tragó saliva, y le siguió mirando, nerviosa, esperando
por aquellas palabras que no llegaban.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Me gustas mucho, Carla_ él estaba serio, y también un poco
nervioso.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué?_Carla se sorprendió y también se sonrojó. Volvió a observar
el mar._ ¡Si me acabas de conocer!_lo miró con una sonrisa en los labios, debía
tratarse de una broma.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé, pero, ¿y qué? Eres guapa, simpática, agradable… ¿Por
qué no me ibas a gustar?</div>
<div class="MsoNormal">
_Si dices eso, es que no me conoces bien_ Carla se tocó los
dedos de su pie derecho, que ya habían sido bañados por la mezcla de agua y
arena.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, estoy seguro de que si te conociera mejor, me
gustarías más.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario apartó con su mano derecha los mechones que cubrían el
rostro de ella. Ella le miró sin decir nada. Él movió sus piernas hasta que
llegaron a rozar las de ella. Carla siguió sin moverse, mirándolo fijamente a los ojos, sin saber qué era lo que iba a pasar. Él aproximó sus
labios al cuello de ella, después de que Mario retirara el cabello que lo
cubría. El beso fue tierno y suave. Ella separó sus labios al sentir aquel placer,
e inhaló la combinación de aquel momento con la brisa marina de la primera
noche de julio. Los labios de él se movieron por todo su rostro, deteniéndose
en la mejilla y en el lóbulo de la oreja, para saborearlos más lentamente con su lengua. Ella giró su cabeza, y sin pensar
en lo que estaba a punto de hacer, rozó sus labios con los de él, convirtiendo
un beso inocente en uno de los más apasionados que nunca antes había probado..</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-71026962430752121512012-06-12T16:52:00.000-07:002012-06-22T09:01:50.867-07:00Capítulo cinco.<br />
<div class="MsoNormal">
El pub ”Smile” era un bar muy grande. Tenía tres barras
dispersadas por el local. Al fondo, al lado de los baños, se encontraban varios
sofás blancos donde muchas parejas se besaban apasionadamente. Las canciones
que se escuchaban eran conocidas por todos. Un grupo de cuatro jóvenes bailaban
en una esquina del pub. Se les unió una joven morena con un vestido
extremadamente escotado.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Aquí las copas sólo cuestan dos euros_ dijo Inés, que
llegaba con un vaso lleno de vodka rojo
y limón. Sorbió por la pajita, y siguió hablando lo suficientemente algo para
que sus amigos la escucharan._ Tenemos que aprovechar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael volvió por tercera vez a la barra que tenían más cerca
y pidió un ron con limón. Katia le siguió. Unos hombres de unos treinta años le
gritaron algo, pero ella no lo escuchó, o no lo quiso escuchar. Se apoyó en la
barra, al lado de Gael. Los dos observaban a los camareros moviéndose de un
extremo a otro. Aunque sonara “I wanna go” de Britney Spears por todo el pub, ambos escuchaban
el silencio que empezaba a formar un muro entre los dos, sin saber muy bien por
qué. Katia decidió romperlo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te apetece que salgamos un rato tú y yo?_ sugirió mientras
observaba los tacones de sus zapatos.</div>
<div class="MsoNormal">
_No creo que sea el mejor momento, estamos con todos.</div>
<div class="MsoNormal">
_No entiendo por qué te molesta que nos vean ellos
enrollándonos, ya saben que lo hacemos_ esta vez sí lo miró a los ojos, pero él
no lo hizo.</div>
<div class="MsoNormal">
_No me molesta, sólo creo que necesitamos intimidad para
hacer ciertas cosas.</div>
<div class="MsoNormal">
_Tal vez no deberíamos quedar sólo para follar.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael se giró con la mano izquierda apoyada en la barra, y la
miró, primero serio, pero acabó sonriendo. <br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Entonces para qué quieres que quedemos?</div>
<div class="MsoNormal">
_No es eso_ susurró ella sin responder a la pregunta que él le había
hecho, y miró al suelo. Después levantó la cabeza, y con un tono de voz más
alto siguió hablando_. Es sólo que no entiendo por qué no podemos simplemente
besarnos cuando hay más personas.</div>
<div class="MsoNormal">
_Porque no estamos juntos, Katia. No somos una pareja, sólo
somos amigos que se acuestan.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Aquellas palabras dejaron a Katia fría. Nunca antes habían
definido su relación, y Gael tampoco le había prometido nada, pero escucharlas
fue tan duro como recibir un puñetazo en el pecho. Solo quedaban para
acostarse, pero se gustaban. ¿Por qué no podían besarse en un sitio público?
¿Tan terrible era? Katia se apoyó en la barra, mientras intentaba ocultar las
lágrimas que empezaban a resbalar por su piel. Gael se inclinó hacia ella y le
tocó suavemente unos mechones de su cabello negro. Estaba serio. Ella le miró
con los ojos húmedos, sin importarle ya que él se diera cuenta de que le había
hecho daño. Él tocó con su mano la mejilla de Katia, y le dio un dulce beso en
los labios. Probablemente, aquel había
sido el gesto más tierno que había tenido con ella.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Es un beso de despedida?_ preguntó ella con la voz
temblorosa. Tenía miedo de escuchar la respuesta.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo siento.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Él no contestó a su pregunta, pero Katia había entendido
aquellas dos palabras perfectamente. Nunca más iban a volver a besarse. Nunca más
se iban a volver a acostar. No podría memorizar cada gesto ni el tacto de su
piel mientras hacían el amor. No volvería a aspirar su olor tan cerca como lo
hacía cuando estaba debajo de él, al mismo tiempo que probaba el sabor de su
cuello. Nunca más iba a estar con Gael, ni siquiera como amigos que se
acuestan.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Muy cerca de allí…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué les pasa a Katia y Gael?_ le preguntó Carla a Inés.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Había observado los movimientos de ambos en la barra. Ella
le había dicho algo a Gael, y después había empezado a llorar. Él la había
besado en los labios. ¿Acaso estaban juntos? Pero si lo estaban, ¿por qué ella
no se había enterado hasta aquel momento?. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No lo sé_ respondió Inés con sinceridad, que también les
estaba observando.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Están juntos?_Carla sintió miedo al preguntarlo, pero no sabía muy bien por qué.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, juntos no… Son más que amigos, dejémoslo así.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Aquello en el lenguaje de Carla y en todos los lenguajes
significaba que se enrollaban de vez en cuando. Menudo golfo. Encima la había
hecho llorar. ¿Qué habría pasado? Katia salió del bar secándose las lágrimas
con la mano. Inés la siguió, quería saber qué había pasado, aunque se
lo podía imaginar. Gael volvió de la barra con otra copa de ron con limón, y se
unió a Mario y a Carla.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué ha pasado, tío?_ le preguntó Mario al oído, que
también se había dado cuenta de la situación.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo que tenía que pasar tarde o temprano_ se limitó a
contestar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ninguno de los tres dijo nada en un tiempo, ni siquiera
bailaban. Esperaban que volvieran sus amigas, pero en el fondo todos sabían que
aquello no iba a ocurrir.</div>
<div class="MsoNormal">
La noche se hizo más corta de lo que habían pensado. A la
una de la mañana ya caminaban de vuelta a casa. Era una noche bonita. El cielo
estaba despejado y se podían observar las estrellas iluminadas por la luna en
fase menguante. Carla se acordó de aquella canción de Mecano en la que se contaba
la historia de una gitana que le había dado su hijo a la luna; al final decía que si
el niño lloraba, la luna menguaría para hacerle una cuna. Carla no pudo evitar
sonreir. Llegaron a casa de Mario y se despidieron de él. El resto del trayecto
hasta llegar a la casa de Carla tendrían que hacerlo solos, y aún quedaba
bastante. Genial.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Todavía sigues enfadada conmigo?_ preguntó Gael después de
unos minutos en silencio.</div>
<div class="MsoNormal">
_Yo no estoy enfadada contigo_ Carla no sabía mentir, y él
lo notó.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Estás segura?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí.</div>
<div class="MsoNormal">
_Además de ser egocéntrica, eres una mentirosa.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael intentó parecer serio, pero se estaba divirtiendo mucho, le encantaba hacerla rabiar.
Contó los segundos que tardaría Carla en insultarle. Uno, dos, tres…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Pero de qué vas, chaval? Tú si que eres un mentiroso, te
estás inventando toda mi vida, y no sabes nada de mí_ Carla dejó de caminar, y
le miró a los ojos. Estaba muy enfadada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya… La chica buena ha sacado su mal genio. Y eso que parecías
una mosquita muerta_ se rió.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla gruñó, y caminó más rápido. No quería que Gael la
siguiera acompañando hasta llegar a casa. Le daba igual estar sola de noche en
un pueblo que aún no conocía bien, no podía ser peor que estar con ese idiota.
Sintió unas pisadas detrás suya. Por lo visto, él no iba a dejarla tranquila.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No te vayas. Podré no ser muchas cosas, pero sí que soy un
caballero. Nunca dejaría a una dama sola en mitad de la noche.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Para Carla la caballerosidad era machismo disfrazado. Por
ese motivo, Gael aún le cayó peor, aunque creía que ya había llegado al límite
con él. Por lo general, no le solía caer mal la gente, y menos las personas que acababa de conocer, pero él había sido la excepción. Siguió
caminando ignorando todo lo que él le decía.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Me guardas rencor porque te ignoré en la piscina, ¿verdad?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla siguió caminando hacia delante sin decir nada. Gael la
detuvo colocándose delante de ella, y sujetándole los hombros con las manos.
Ella intento liberarse de ellas, pero Gael era demasiado fuerte. Él la miró a
los ojos y ella también lo hizo. Nunca antes habían estado tan cerca, la
camiseta roja de él rozaba la chaqueta vaquera de ella, y algunos mechones de
cabello de Carla descendían por los brazos de Gael. Carla se estremeció. Gael
le tocó la mejilla con su mano izquierda, mientras la otra seguía sujetando el
hombro de Carla, aunque ella ya no intentaba seguir caminando. Su mano palpó su
piel suave, sintiendo el calor que empezaba a generar su rostro. Estar tan cerca de
Gael, y que él la estuviera tocando con aquella delicadeza, provocaron que le
entraran ganas de besarle, pero no lo hizo. Él rozó sus labios suavemente
contra su mejilla, y después los abrió lentamente, mientras su respiración hacía contacto con la mejilla caliente de ella. Las piernas de Carla
temblaron. Se preguntó si el sentiría ganas de besarla, y si ella le dejaría
hacerlo. Sí, ella le iba a dejar hacerlo. Pero los labios de él se apartaron de su piel y
sus rostros volvieron a encontrarse uno enfrente del otro. Sus respiraciones completaban
aquellos pequeños centímetros que separaban sus labios.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Era un beso para hacer las paces. ¿Quieres volver a ser mi amiga? Anda, dime que sí.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael ladeó la cabeza mientras sus ojos empezaban a parecerse
a los del gato con botas de la película de Shrek. A Carla le hizo gracia, pero
se mantuvo seria, y siguió caminando sin decir nada. Pronto llegaron a su casa,
y se despidieron con un “Ya nos veremos” de él y con el silencio de ella. No
fue hasta después de ponerse el pijama y meterse la cama, cuando Carla recordó que
había estado a punto de besar al idiota que tanto la había sacado de quicio, y
sin ni siquiera darse cuenta, sonrió.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-40976470801582277962012-06-12T08:14:00.001-07:002012-06-22T09:01:41.736-07:00Capítulo cuatro.<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
La
habitación de Katia no se había cambiado desde que ella tenía diez años. Seguía
con sus paredes pintadas de rosa pálido, con el tocador con el que de pequeña
jugaba a las peluqueras, con los muebles
blancos que ya estaban algo deteriorados debido al paso del tiempo, y con su
pequeña cama cubierta de peluches. Había crecido, había madurado, pero no
quería cambiar todo aquello. Le gustaba, y le traía bonitos recuerdos. Gael
siempre se reía de todos los peluches que tenía cuando entraba sigilosamente en
su habitación por la ventana. Pero eso era al principio de sus…encuentros. Hacía
mucho tiempo que no se pasaba por allí.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
Inés se
miraba en el espejo del tocador mientras se pintaba la raya del ojo con un
lápiz negro. Katia sacaba del armario distintas faldas para que su amiga le
ayudase a decidirse por una.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
_Lo que no
entiendo es por qué le has dicho a la mocosa esa que viniera con nosotros a la piscina_
dijo Katia molesta mientras le enseñaba la falda roja de volantes_. ¿Esta?</div>
<div class="MsoNormal">
_No queda del todo bien con la camiseta_ respondió Inés
observando la camiseta de tirantes azul celeste que Katia había colocado antes
encima de la cama, al lado de Gruñón y de Bobi. Siguió mirándose en el espejo y
comenzó a maquillarse el ojo derecho_ ¿Por qué te molesta? Acaba de llegar al
pueblo, y no conoce a nadie. Imagínate lo que debe ser estar sola aquí un mes.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia gruñó, y le enseñó una falda vaquera.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Demasiado simple. No me has contestado. ¿Por qué te molesta?
Estás celosa, ¿verdad?</div>
<div class="MsoNormal">
_Tú lo has dicho, puede llegar una loba y quitármelo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pero Carla no es ninguna loba. Ya has visto hoy, se ha ido
y ha dejado a Gael solo. Si quisiera algo con él, habría aprovechado ese
tiempo a solas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia recordó aquel momento. Cuando habían llegado de
comprar, Gael estaba tumbado en la toalla, sonriente como siempre, y cuando le
preguntaron por Carla, simplemente dijo que se había ido ya. Tal vez Inés tuviera
razón, y ninguno de los dos mostrara interés por el otro. También, recordó la
insistencia de Inés por ir a comprar aquellos donuts, y la negativa de Gael a
la propuesta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No entiendo por qué te empeñaste en ir a comprar. ¿Querías
dejarlos a solas?_ dijo buscando más faldas en su armario.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vamos, tía. No seas tan desconfiada. Sólo tenía hambre. No
tengo la culpa de que Gael se hubiera querido quedar allí_ Inés guardó el
maquillaje de Katia en el estuche y se sentó en la silla del tocador_. Además,
no le des más vueltas, Mario está loco por ella, y Gael nunca tocaría a la
chica de su amigo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A Katia le tranquilizó aquello. Inés tenía razón, Gael nunca
tendría nada con Carla, al menos por respeto a Mario. Sujetó con la mano
derecha una falda blanca de tablas y se la enseñó a Inés.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Joder, tía. Tú no tienes gusto.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, búscame tú algo, ya que vas tanto a la moda_ dijo
Katia algo molesta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Inés resopló y sacó un vestido rojo muy corto del armario. A
Inés le encantaba la ropa que llamaba la atención. Katia era mucho más
reservada; sacudió la cabeza, y buscó algo más apropiado. Finalmente, se decidió
por un vestido de flores que sólo se había puesto una noche.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A la misma hora, en
otro lugar…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
Jaime abrió la puerta de la casa ante la insistencia del
timbre. Delante de él, estaba un joven de unos veinte años de cabellos castaños.
Llevaba un polo azul marino de manga corta y unos vaqueros. Jaime se sorprendió
al encontrarse con aquel desconocido en la puerta de su casa.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Buenas noches, señor. Aquí vive Carla, ¿verdad?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí…_ dijo con desconfianza._ ¿Quién eres?</div>
<div class="MsoNormal">
_Soy Mario. Un…bueno, un amigo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Jaime no dijo nada más, y llamó a su hija gritando, mientras
seguía observando de arriba abajo a aquel joven que preguntaba por su hija.
Sólo llevaban allí dos días, demasiado pronto para tener amigos. Jaime sacudió
la cabeza y volvió a entrar en el salón en cuanto su hija llegó a la puerta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Mario!_ Carla se sorprendió al verle._ ¿Cómo sabes dónde
vivo?</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, ayer dijiste que vivías en una casa verde y que
tenías un Ford Focus, así que…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla observó el Ford Focus aparcado delante de la casa, y
recordó la conversación del día anterior. Mario tenía razón, sí lo había
contado.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Vaya! Eres muy observador.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno…_Mario se sonrojó._ Hoy vamos a salir de noche, y me
preguntaba si querrías venir.</div>
<div class="MsoNormal">
_Oh, sí, me lo ha dicho Inés esta mañana, pero no creo…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla sabía a quién se iba a encontrar si salía aquella
noche. Su mal humor se había desvanecido en las últimas horas, y no quería que
aumentara otra vez. No quería volver a ver a aquel idiota que le sacaba de
quicio.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Vamos! Nos lo pasaremos muy bien.</div>
<div class="MsoNormal">
_No, de verdad que no…</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Tienes algo mejor que hacer hoy?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La verdad es que no tenía nada mejor que hacer. Un
libro que aún no había empezado le
esperaba en la mesita de noche, pero podía leerlo otro día.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_ Te paso a buscar a las diez_ el tono de Mario dejaba claro que no iba a
aceptar un “No” por respuesta</div>
<div class="MsoNormal">
_Pero Mario, yo no…</div>
<div class="MsoNormal">
_No quiero insistir más. ¡Nos vemos a las 10!</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sonrió y se alejó de la puerta sin decir nada más. Carla
suspiró y entró en casa. Su padre la miraba con alguna duda que necesitaba ser
resuelta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Quién es ese chico, Carla?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sólo es una amigo, papá.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Jaime resopló y se sentó en el sofá,. Volvió a encender el
televisor para ver la película que había captado toda su atención antes de que
el “amigo” de su hija llamara a la puerta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-76806133887144509692012-06-11T18:06:00.001-07:002012-06-22T09:01:15.410-07:00Capítulo tres.<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
Eran las
cuatro menos cuarto. Carla decidió salir con tiempo de casa porque aunque Inés
le había dado una serie de indicaciones para llegar a la piscina, dada su
escasa orientación espacial, era probable que se perdiera. Le había dicho que
cuando llegara a una plaza con una fuente, tenía que girar a la derecha, después
a la izquierda, y después otra vez a la derecha. ¿O lo había entendido mal? Se
dispuso a seguir las indicaciones que creyó haber escuchado, y cuando llegó a
la plaza, se desvió a la derecha. Hacía mucho calor, el termómetro que tenían
en casa marcaba 35 grados, pero Carla lo soportaba muy bien, siempre había
preferido el calor al frío. Subió una
cuesta empinada en la que muchos niños jugaban con un balón, y otros más
mayores se sentaban en la acera y tecleaban algo en sus móviles. Allí, la
mayoría de las calles eran peatonales, y eso proporcionaba una gran
tranquilidad al pueblo; nunca se oían las bocinas de los coches ni a alguna
moto correr más de lo debido. A Carla le encantaba aquello, estaba acostumbrada
a vivir con ruidos incesantes que le desconcentraban cada vez que tenía que
estudiar, o que le impedían hablar en un tono de voz normal con otras personas.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
Alguien
silbó varias veces, y Carla miró hacia hacia atrás. Era Gael, el cual se
aproximó hacia ella con una encantadora sonrisa. Ella se sorprendió al verle, y
después también sonrió. No podía negar que le gustaba volver a ver a aquel
chico tan guapo.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
_Hola. ¿A
dónde vas? _preguntó Gael, que seguía sonriendo.</div>
<div class="MsoNormal">
_A la piscina. Me dijo Inés si quería ir y…_Carla se avergonzó
al comprobar que el chico no sabía que ella también iba a pasar la tarde con
él.</div>
<div class="MsoNormal">
_Oh, me parece bien.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Siguieron caminando en silencio, y pronto llegaron a la piscina.
La protegía una valla de madera, se oían a niños gritar y el sonido del agua
agitada por alguien que se acababa de tirar. Carla se puso de puntillas y
observó un recinto cubierto de césped y en el centro, una piscina rectangular,
no demasiado grande, pero suficiente. Casi todos los que estaban en el agua
eran niños, que demostraban saber hacer multitud de piruetas ante los ojos de sus amigos, y de sus padres.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Te gusta?_preguntó Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí. ¿Venis mucho por aquí?</div>
<div class="MsoNormal">
_A veces, es gratis y eso está bien, pero la cala también
tiene su encanto.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla asintió. Aquella cala era uno de los sitios más
bonitos y tranquilos que había visto nunca. Desprendía magia y serenidad, cualidades
que no tienen todos los lugares.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Es temprano, y éstos no suelen ser puntuales, así que aún
tenemos que esperar un poco.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vale.</div>
<div class="MsoNormal">
_Y dime…¿Cómo te ha dado por querer estudiar Medicina? Debes
de sacar muy buenas notas para poder matricularte allí.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Prácticamente le acababa de conocer y le había hecho una de
las preguntas más difíciles. ¿Por qué quería estudiar aquella carrera? Nunca se
lo había planteado, cuando era pequeña su padre le insistía en que jugara a
médicos con él, cuando le preguntaban qué quería ser de mayor ella no sabía qué
contestar, pero enseguida alguien daba la respuesta que deseaban escuchar.
Todavía no se había abierto el plazo para preinscribirse en la carrera, tal vez
ni siquiera la aceptaran, pero era poco probable porque su expediente era
brillante. Aún así, toda su familia y sus amigos esperaban que estudiara Medicina,
y ella ni siquiera se había planteado hacer otra cosa, o tal vez sí, pero nunca
lo había comentarlo con nadie.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, hago lo que puedo_ se limitó a contestar.</div>
<div class="MsoNormal">
_No me has respondido_ sonrió Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿A qué?</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Por qué quieres hacerla? ¿Vocación o sacas tan buenas
notas que necesitas demostrarlo?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se sintió muy ofendida con aquel comentario. ¿Quién
era él para decirle eso? Ni siquiera la conocía, y tampoco conocía lo que
estaba detrás de aquella decisión que aún no estaba del todo tomada. Iba a
callarse y no responder, pero su voz habló antes de que su cabeza hubiera
decidido no contestar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_No sé por qué dices eso. Ni siquiera me conoces.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Ya estás picada?
Como sois las mujeres, os molesta todo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Un tópico. Muy bien, este chico empezaba a llevarse todas
las papeletas para empezar a caerle mal a Carla. Podía tener aquellos ojos
verdes que enamoraran a cualquiera, o ese cabello negro que parecía tan suave,
o el cuerpo perfecto, pero no conseguiría a ninguna chica con aquellos
comentarios.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya…Te has quedado callada. ¿No dices nada?</div>
<div class="MsoNormal">
_No_ respondió Carla mirando hacia el lado contrario.</div>
<div class="MsoNormal">
_Anda, no seas tonta, y mírame a la cara.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
Gael tocó la
barbilla de Carla y dirigió su rostro hacia el suyo. Sus ojos se miraron; los
verdes de él y los marrones de ella. Carla se estremeció, y dio un paso hacia
atrás.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
A lo lejos vieron
a Inés, a Katia y a Mario llegar juntos. Carla y Gael no volvieron a dirigirse
la palabra hasta que el grupo no se completó. Después de varios saludos,
entraron en el recinto. Colocaron sus toallas y sus mochilas en el sitio más
cercano a la puerta. Gael fue el primero en aposentarse y Carla esperó que lo
hiciera para colocar su toalla lejos de él, no quería mantener otra conversación con ese idiota. Las chicas
se aplicaron crema solar, y los chicos se zambulleron nada más llegar en la
piscina. Inés y Katia fueron más tarde, después de insistirle a Carla varias
veces en que también se fuera a bañar. Ella decidió quedarse escuchando la
música de su Ipod. No se quería imaginar cómo sería aquel chico en el agua.
Seguro que le haría una ahogadilla, y ella no era una nadadora precisamente
buena; después el diría que era una broma, ella se enfadaría, y la tarde de sol
se convertiría en una tarde asquerosa con un idiota. Sí, con un idiota, con un
idiota asquerosamente guapo. Cerró los ojos mientras sonaba “With or without
you” de U2. La siguiente canción no la escuchó.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sintió un cosquilleo
en la mano derecha. Sonrió y abrió los ojos. Gael estaba a su lado tocando su mano con el dedo meñique.
¡Se había dormido!</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Buenas tardes, dormilona_sonrió él.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué haces? ¿Y los demás?_ preguntó ella incorporándose en
la toalla.</div>
<div class="MsoNormal">
_Se han ido a comprar algo para comer. Sólo estamos tú y yo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla se puso nerviosa, y Gael lo notó, pero aquello le
gustaba. Así era como siempre conseguía camelarse a las chicas que eran un poco
tímidas. Aunque no podía hacer nada con ella, le gustaba a Mario. Pero
entonces, ¿qué estaba intentando hacer? Se dio cuenta de su error y se echó en
la toalla cerrando los ojos, intentando ignorar que Carla estaba a su lado.
Ella seguía nerviosa, pero sentía la necesidad de hablar con él, más bien de
discutir con él. ¿De qué iba? La despertaba, y después la ignoraba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué pasa? ¿No me vas a hablar?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael abrió el ojo izquierdo y sonrió. Después lo volvió a
cerrar, y le respondió.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué quieres que te diga?</div>
<div class="MsoNormal">
_No sé, primero me despiertas, y ahora me ignoras.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué pasa? ¿Necesitas que todo el mundo esté pendiente de
ti?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla gruñó, y enfadada se levantó y empezó a recoger sus
cosas. Gael la miraba divertido. Sabía que eso la molestaría aun más. Era una
chica muy previsible, y eso le encantaba. Cuando terminó de recoger todo, se
colgó su mochila violeta en los hombros, y se quedó parada delante de la toalla
de Inés, en la que estaba echado Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Me voy.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vale_dijo él aparentando indiferencia.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues muy bien.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla salió del recinto llena de ira e insultando a Gael en voz baja. Nunca nadie la había hecho
enfadar tanto desde hacía mucho tiempo. ¿Pero qué se había creído aquel tío?
Con lo simpático que le había parecido la tarde anterior…Incluso había pensado
que le podría llegar a gustar, pero en ese momento se olvidó de todo aquello.
Nunca más volvería a verle ni a hablar con él, pero no sabía lo equivocada que
estaba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-1845088113429224492012-06-11T15:26:00.001-07:002012-06-22T08:51:55.394-07:00Capítulo dos.<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
La nevera de
la cocina exigía ser llenada inmediatamente, así que aquella mañana Amanda y
Carla fueron a comprar. En el pueblo había tres supermercados, pero decidieron
entrar en el más grande, el “Florida”. Carla metió una moneda de un euro en la
ranura de uno de los carritos que estaban en la entrada. Como todos los
carritos de la compra, las ruedas se deslizaban hacia la izquierda, pero Carla
logró controlarlo y seguir recto. Amanda caminaba delante de su hija, cogiendo
lo primero que veía en las estanterías y metiéndolo en el carrito. Carla la
miró disgustada, pero su madre obvió aquel gesto. Sus padres nunca comparaban
precios, no les importaba pagar más por algo que podía costar menos. Nunca
habían tenido problemas de dinero; tener a un médico y a una profesora de
universidad en casa ayudaba a que ninguno se preocupara por los gastos. Consentían
todos los caprichos de sus hijos: el coche de Sergio, la moto de Carla que
seguía en el garaje esperando ser estrenada, los dos portátiles, la cámara de
vídeo de Sergio… Carla aceptaba todos sus regalos, pero quería aprender a ganarse
las cosas por sí misma, estaba cansada de ser una niña de papá y mamá.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
A los quince
minutos de entrar en el supermercado,
Amanda había llenado por completo el carrito. Como siempre, compraba deprisa y
mal. La nevera se alegraría de estar acompañada de cartones de leche, fruta,
yogures, embutidos,verdura, etc. Carla esperaba que toda aquella comida que
había comprado su madre no se terminara en un mes, aunque probablemente fuera
así.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
La cola en
la caja parecía interminable, y se hizo aún más larga cuando dos señoras con
una barra de pan les pidieron permiso para pasar delante. Amanda les dijo que
pasaran con una mueca de desprecio. Al fin, solo quedaba un hombre con cuatro
yogures de sabores y una bolsa de patatas congeladas. Se iban acercando más a
la caja y a Carla le empezó a resultar familiar el rostro de la
cajera. ¡Claro! Inés trabajaba allí. Se sonrieron al encontrarse y comenzaron a
hablar mientras Amanda y Carla sacaban la comida del carro y la depositaban en
la cinta transportadora.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
_¡Carla!
¿Cómo estás? ¡Qué alegría verte por aquí!</div>
<div class="MsoNormal">
_Bien_sonrió_. ¿Tú qué tal? ¿Mucho trabajo?</div>
<div class="MsoNormal">
_No te creas, hoy es un día tranquilo. La hora punta es la
una del mediodía.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ambas sonrieron y Amanda depositó los últimos alimentos en
la cinta transportadora.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Por cierto, ¿tienes algo que hacer hoy?_ preguntó Inés.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno… No he planeado nada…</div>
<div class="MsoNormal">
_Vamos a ir por la tarde a la piscina y de noche saldremos a
tomar algo. Así conoces los bares del pueblo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vale, está bien_Carla sonrió y se apartó para que su madre
pagara a Inés.</div>
<div class="MsoNormal">
_Son 300,90 euros_ le comunicó Inés a Amanda.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Definitivamente su madre no sabía comprar bien.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A la misma hora, en
otro lugar…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El timbre de la casa de Gael despertó a éste de un profundo
sueño. Sus padres estaban trabajando; eso significaba que se tenía que
levantar. No se molestó en vestirse, bajó hasta la planta baja con los calzoncillos
azules con los que había dormido toda la noche, y con los ojos aún cerrados
abrió la puerta. Era Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Eh tío, ¡cuánto tardas en abrir!_ dijo Mario mientras se
adentraba en el pasillo principal.</div>
<div class="MsoNormal">
_Estaba durmiendo_ respondió Gael molesto, e intentó buscar
un reloj para saber qué hora era, pero en el pasillo no había ninguno.</div>
<div class="MsoNormal">
_Son las doce_ dijo Mario que se percató del movimiento de
su amigo.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Las doce? ¿No tendrías que estar trabajando? ¿Qué diablos
quieres a estas horas?</div>
<div class="MsoNormal">
_¡Menudo humor por las mañanas! Venía a decirte que hoy
hemos quedado a las cuatro en la piscina.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues vale.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael entró en el salón y se sentó en el sofá azul marino. Estaba
muy cansado, apenas había dormido aquella noche. Mario se sentó a su lado y le
observó.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Tanto duermes en tu día libre? Mañana te costará
levantarte, amigo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Lo sé_dijo Gael mirando a Mario con un poco de odio por
haberle recordado algo que él ya sabía.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Entonces? ¿Qué estuviste haciendo anoche para acostarte
tan tarde? No sé por qué me lo puedo imaginar…_Mario sonrió con picardía,
esperando ansioso la respuesta de su amigo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Estuve con Katia.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Con Katia? Lo vuestro parece ir en serio, ¿eh?</div>
<div class="MsoNormal">
_No lo sé, la verdad es que no lo sé… Me gusta pero… ya sabes
cómo soy, me gusta tener mi espacio y no aferrarme a nada, creo que no estoy preparado
para estar con ella más en serio, ya sabes.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, pero tal vez con Katia no te agobies, sois amigos
desde hace mucho tiempo, puede que sea más fácil.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, puede ser, pero no sé, Katia es una chica genial y me
lo paso muy bien con ella, pero… sólo es eso. Me gusta, pero ya está, no hay
nada más.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Y crees que ella siente lo mismo?</div>
<div class="MsoNormal">
_No lo sé…supongo…yo nunca le he dicho que vaya a haber más
de lo que hay, no creo que la haya ilusionado con palabras. Ni siquiera
hablamos cuando quedamos, sólo nos acostamos.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sólo folláis…Qué suerte tienes, tío. Si supieras el tiempo
que hace que no…_sonrió, pero se calló, a pesar de que la cara de Gael le pidió
que siguiera hablando.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, puede que
ahora tengas oportunidad de volver a sacar tu soldadito a pasear.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Por qué dices eso?</div>
<div class="MsoNormal">
_Carla. Te gusta, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, claro que me gusta, pero…¿Tú crees que ella…?</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, ¿por qué no?_ Gael sonrió y posó su mano en el
hombro de su amigo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario también sonrió, y unos minutos más tarde volvió a la
panadería donde le esperaba su padre. Siempre habían sido los mejores amigos
del mundo, a pesar de discusiones tontas y de que todas las chicas que le
gustaban a Mario, se sintieran atraídas por Gael, pero éste siempre fue fiel a
su mejor amigo, y nunca quiso nada con ellas. Carla era guapa y simpática, y
tenía que reconocer que aquella dulzura y encanto que desprendía le había hecho
pensar en ella más de una vez después de la tarde anterior, pero ahora debía
olvidarse, Mario tenía derecho a una oportunidad.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9221518312229608641.post-84473525217667465772012-06-10T16:35:00.002-07:002012-06-22T08:52:44.650-07:00Capítulo uno.<br />
<div class="MsoNormal">
La historia que voy a contar no comenzó en una fecha exacta.
Dicen que el amor verdadero no es cosa de un día, y esta historia no iba a ser
menos. Para situarnos, vamos a señalar en el calendario el día veintiocho de
junio de 2011. Ese fue el día en el que ella llegó al pueblo. Acababa de
recibir los resultados de los exámenes de selectividad, y como era de esperar,
ninguna nota bajaba del notable. Por fin podría matricularse en medicina; su
padre era médico y su hermano estaba en cuarto de carrera, y como muchos dicen,
hay cosas que se llevan en la sangre, o al menos eso pensaba ella.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Carla, cariño, ¿Quieres quitarte los cascos y hacernos un
poco de caso?_ dijo Amanda girándose hacia atrás desde el asiento del copiloto.</div>
<div class="MsoNormal">
_Perdona, mamá_ se quita los cascos del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ipod</i>_ ¿Qué decíais?</div>
<div class="MsoNormal">
_Estábamos comentando que ya casi hemos llegado. Te va a
encantar el pueblo. Tiene una cala preciosa. ¿Y la casa? Es muy cuca, ¿a que
sí, Jaime?.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, sí_ respondió su marido que no apartaba la vista de la
carretera.</div>
<div class="MsoNormal">
_Y además va a haber mucha gente de tu edad, es un pueblo
muy grande. Ya verás el mes que nos espera.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Carla suspira en el asiento de atrás mientras observa las
alfombrillas recién lavadas. Un mes en aquel pueblo sola con sus padres…Qué
suerte tuvo el idiota de su hermano Sergio que se libró de aquello. Suspende dos asignaturas, y encima no tiene que aguantar
a sus padres durante un mes, y ella que la nota más baja que había sacado en
selectividad era un ocho, estaba ahí, deseando que pasaran enseguida aquellos
treinta días. Al menos hacía sol, y esperaba que lo hiciera durante todo el
mes, aunque aquello no era difícil, en Alicante normalmente hace buen tiempo en
verano, no como en Oviedo, su ciudad natal y de residencia. </div>
<div class="MsoNormal">
Al fin el Ford Focus azul aparcó delante de una casa de tamaño mediano con la fachada
pintada de verde y un gran ventanal en la planta de arriba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Ya hemos llegado!_ gritó Amanda con una gran sonrisa.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La familia se bajó del coche y caminaron hasta la puerta de
la casa. Jaime sacó un llavero del bolsillo cargado de llaves, y comenzó a
buscar la llave de su preciosa casa en la playa. Amanda hizo una mueca de
disgusto. ¿Este hombre para qué querrá tantas llaves?. Al fin, logró encontrar
la correcta y la puerta se abrió. El salón era muy espacioso y más a la
izquierda había una cocina americana. Las paredes estaban pintadas de amarillo
suave y el techo cubierto de madera oscura. Al lado derecho de la puerta de
entrada, se encontraban las escaleras de caracol que dirigían a la planta de
arriba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¡Qué bonito! ¡Qué bonito!_ repetía Amanda cuando descubría
algo nuevo en el salón.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
Jaime ya se
había sentado en el sofá y había encendido la televisión. Nadie le iba a mover
de allí. Carla decidió dejar de escuchar los gritos de su madre y explorar la
planta de arriba. El pasillo era largo, y había demasiadas puertas para haber
alquilado la casa sólo tres personas, o eso le parecía a ella.
Abrió la primera de la derecha. Era una habitación muy grande con una cama de
matrimonio. Supuso que sería la habitación de sus padres. Tenía un baño
incorporado con jacuzzi. Carla se preguntó que para qué tanto gasto si sólo iban a vivir allí durante un mes. La siguiente habitación que abrió era mucho más
sencilla que la anterior. Tenía una cama individual, una mesita de noche con
una lámpara, una ventana, y un armario. No había más. “Supongo que ésta será la
mía” se resignó. Siguió abriendo puertas. Se quedó sorprendida al descubrir la
siguiente habitación. Ahí estaba el ventanal que había visto desde la calle. Se
acercó más a él y vió una preciosa cala de agua cristalina muy cerca. “¡Vaya! La casa está justo al lado de la cala. Es realmente bonita. “pensó. Se veía a
una pareja en el agua y a un grupo de jóvenes tomando el sol. Carla miró el
reloj de su muñeca; las tres de la tarde. Seguramente la gente iría a bañarse
más tarde. Se sentó en la que estaba segura de que sería su cama, y palpó la
colcha con las manos. Tenía un tacto muy suave, y le encantaba aquel color
lavanda. Se sentía muy cómoda allí. Se levantó y abrió el armario. No era muy
grande, pero se imaginó que le cogería todo lo que había traído. Dejó para más
tarde la exploración de su nueva casa y bajó al salón a por su
maleta. Su padre seguía viendo la televisión y su madre dando voces. Ni
siquiera se dieron cuenta de que su hija había bajado y vuelto a subir a la
planta de arriba. Carla colocó la maleta azul oscura encima de la cama y la
abrió tirando de una cremallera plateada. Allí estaba todo lo que había traído:
los biquinis que había comprado la semana anterior, el de rayas y el rojo;
varios pantalones cortos; algunos vaqueros por si refrescaba; una sudadera;
multitud de camisetas ; algunos vestidos… Carla era muy prudente, prefería
tener en cuenta todas las circunstancias que se pudieran presentar a encontrarse por sorpresa
con alguna. Su madre era tan distinta… Sólo había llevado un par de bañadores,
cinco camisetas, cuatro pantalones cortos y unas sandalias. ¿Y si llovía? ¿Y si
hacía frío? Su madre eso nunca lo tenía en cuenta, o no le importaba que
sucediera. A las amigas de Carla les extrañaba mucho el comportamiento de
Amanda porque siempre se quejaban de que sus madres actuaban de forma
completamente diferente.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
Comenzó a
colocar las camisetas y los pantalones en los estantes del armario, y los
vestidos y las chaquetas en las perchas. Dejó el biquini rojo encima de la cama
porque tenía la intención de conocer esa preciosa cala más tarde. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mientras tanto, en
otro lugar no muy lejano…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
El sol de aquella tarde hacía resaltar aún más su increíble
moreno y sus abdominales trabajados. Lucía un bañador naranja con rayas grises,
la visión perfecta para todas las adolescentes que paseaban por la playa. Gael
caminaba por la arena mientras pequeñas gotas de agua resbalaban por su piel. Su
cabello negro estaba completamente mojado. Se acababa de dar un baño y con una
amplia sonrisa se echó boca abajo en su toalla verde pistacho. La chica que
estaba al lado le contempló en silencio, después se volvió a poner las gafas
del sol y observó el cielo despejado. “Qué guapo es… Ojalá algún día quisiera
algo más conmigo”. Un codazo la despertó de sus pensamientos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_¿Qué pasa?_protestó.</div>
<div class="MsoNormal">
_Adivino lo que estás pensando…_ le susurró al oído la amiga
que estaba echada en la toalla de al lado.</div>
<div class="MsoNormal">
-¿En qué?</div>
<div class="MsoNormal">
_En que te mueres por estar con Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
-¡Shhh!_ le tapó la boca rápidamente a su amiga_. ¡Cállate,
Inés! Como te oiga…</div>
<div class="MsoNormal">
_Que no me oye mujer, no te preocupes, pero estabas pensando
en eso, ¿a que sí?</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues sí, la verdad.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Cuándo fue la última vez que…?</div>
<div class="MsoNormal">
_No es asunto tuyo.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vamos, Katia, cuéntamelo…Somos amigas, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia suspiró y le respondió.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_El sábado… Estuvimos en la cueva y…</div>
<div class="MsoNormal">
_¿En la cueva? ¡ Qué leones! _la interrumpió Inés.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Katia la miró ofendida. Inés se dio cuenta y pidió
disculpas. Conocía demasiado bien a su mejor amiga.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Vale…Perdona. Bueno, ¿y no quedasteis en nada?</div>
<div class="MsoNormal">
_No… Lo de siempre. Me llamará cuando no le queden tías que tirarse.</div>
<div class="MsoNormal">
_Anda, no digas eso…</div>
<div class="MsoNormal">
_No, Inés, sabes perfectamente que es así. Pero también
sabes que no me gustaría ser una chica más.</div>
<div class="MsoNormal">
_Bueno, no eres una más. Tú le gustas, eres con la única con
la que repite._ vio la cara de consuelo fingida de su amiga e intentó
remediarlo_ .Lo que quiero decir… es que tienes que decírselo, tienes que
intentarlo antes de que llegue otra loba y te lo quite…</div>
<div class="MsoNormal">
_Sabes de sobra que nunca le diré nada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Un chico interrumpió la conversación con su llegada. Era Mario, el
mejor amigo de Gael. Los cuatro, junto con Ana, que estaba pasando una semana
en casa de sus tíos, eran amigos desde la infancia. Mario era mono y muy
agradable, pero no tenía el atractivo y la personalidad de Gael, aunque a Mario
esto no le importaba, sabía que era el amigo simpático del tío bueno, y siempre
lo había aceptado.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Chicas, el agua está buenísima. Deberíais probarla.</div>
<div class="MsoNormal">
_Y tú deberías tomar el sol, que estás muy blanco_ respondió
Inés.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario se miró los brazos y las piernas y se entristeció.
Inés tenía razón, estaba muy blanco, sobre todo para vivir en un pueblo con
playa. Se sentó en la toalla de Gael y le empezó a hacer cosquillas y a echarse
encima de él. Gael se dio la vuelta y le empujó hacia atrás haciéndole
cosquillas a él también. Acabaron revolcados por la arena riendo a carcajadas.
Inés y Katia también se reían, era bonito ver a dos buenos amigos pasar un buen
rato.</div>
<div class="MsoNormal">
La llegada de otra persona provocó que la pelea finalizara.
Mario se levantó de la arena y le ordenó a Gael que también lo hiciera. Ante
sus ojos, se encontraba una chica paseando a la orilla del mar . Su cabello era
castaño claro con pequeñas ondas que se movían acompañando a la brisa marina.
Llevaba un biquini rojo, que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y a su piel dorada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Esa chica no es de aquí ,¿verdad?_ preguntó Inés, que había
observado a sus dos amigos entusiasmarse al verla.</div>
<div class="MsoNormal">
_Te aseguro que si fuera de aquí me habría fijado en ella. Y
seguro que tú también, ¿a que sí Gael?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gael sonrió sin decir nada. Katia le observó y decidió
intervenir en la conversación.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Pues no sé por qué la miráis tanto, no me parece para
tanto. Además, tiene pinta de ser una niñata que aún no ha acabado el
instituto.</div>
<div class="MsoNormal">
_Esas son las mejores, Katia_ sonrió Mario._ Creo que voy a
hablar con ella. Si es nueva aquí, deberíamos ser educados y hacerle de guías
turísticos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mario corrió hacia ella sin decir nada más. En ocasiones,
era muy impulsivo, y a veces eso era una ventaja; otras, no tanto. Le dio dos
besos a la chica y después de una pequeña conversación, la llevó a donde
estaban sus amigos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Chicos, ésta es Carla. Está de vacaciones aquí durante un mes.
Es de Asturias_ dijo Mario con una amplia sonrisa, y después se dirigió otra
vez a Carla_. Ellos son Inés, Katia, y Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Las chicas se levantaron de sus toallas y le dieron dos besos
a la recién llegada, y de regalo Katia le dedicó una de sus miradas de
desprecio favoritas. Gael también le dio dos besos sin decir nada, solo
sonreía. Carla también sonreía, aunque parecía sentirse algo incómoda. Mario le
ofreció su toalla para sentarse. Ella le dedicó una sonrisa en agradecimiento,
y se sentó. A su lado solo estaba la toalla de Gael, el cual decidió aposentarse
en ella también. Los demás seguían de pie. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
_Cuéntanos algo de tu vida, Carla. ¿Qué haces por Asturias?_
preguntó Inés interesada.</div>
<div class="MsoNormal">
_Pues bueno, acabo de terminar la selectividad, y en
septiembre empezaré la carrera de Medicina.</div>
<div class="MsoNormal">
_¡Vaya! Una universitaria. Por aquí no abundan. Aquí el
único que estudia es Gael. Los demás todos curramos.</div>
<div class="MsoNormal">
_¿Ah sí? ¿En qué trabajáis?_ Carla no quería demostrar interés
en los estudios de Gael.</div>
<div class="MsoNormal">
_Yo trabajo de cajera en el super por las mañanas. Aquí, el
amigo, está en la panadería de su padre_Inés rodeó con su brazo la espalda de
Mario_Y Katia trabaja en la tienda de ropa “Sugar”, ya la conocerás, vende unas
camisetas chulísimas.</div>
<div class="MsoNormal">
_Y yo estudio Derecho en Alicante, solo vengo aquí los fines
de semana, pero durante el verano trabajo vendiendo helados en la piscina_
añadió Gael, ante la sorpresa de Carla de que aquel chico hablara por fin.</div>
<div class="MsoNormal">
_Vaya…Qué interesante.No sabía que aquí hubiera piscina.</div>
<div class="MsoNormal">
_Sí, está al otro lado del pueblo. Trabajo por las mañanas,
y aunque no lo creas, los clientes a veces son bastante difíciles. No sabes
cómo se puede enfadar un niño si no le pones una bola de helado grande.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Todos se rieron, excepto Katia, la cual observaba cómo su “algo
más que amigo” se camelaba a aquella chica que acaba de llegar, a aquella
niñata que en cinco minutos había conseguido que los ojos de Gael sólo se fijaran en ella.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08704308666745963568noreply@blogger.com0